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Cómo lograr una relación sana con la comida

por 14 Jul, 2020Alimentación Consciente, Artículos

Hola a todas las personas que han llegado a nuestra web interesadas en saber cómo podemos lograr una relación sana con la comida que sea también amable y placentera.  

Primero de todo, quiero hacer mención y subrayar la suerte que tenemos por estar en este momento reflexionando sobre la comida, en cómo comemos o para qué comemos, ya que sería muy injusto abordar este tema sin reparar en que muchísimas personas en este mundo no sólo no pueden reflexionar qué quieren comer sino que, sencillamente, no tienen que comer.

Honrar la comida cada vez que comemos  significa tener en cuenta que es un bien escaso y que todas las personas tenemos el derecho no solo a comer sino a comer bien de una manera sana y nutritiva de forma que nos permita funcionar en la vida.   Dicho esto tan importante antes de hablar de alimentación consciente, vamos a ver cuál es la situación actual en la que nos encontramos en países donde tenemos el privilegio de “pensar la comida”.    

Hasta la fecha nunca antes tantas personas nos hemos interesado por cuidarnos a través de los alimentos que ingerimos y, por eso, cada vez somos más las personas que dedicamos tiempo en seleccionar qué comemos y si es saludable o no para nuestro organismo. Formas nuevas de alimentación toman presencia significativa y, hoy en día, son muchas las personas que practicamos otras formas de alimentación: vegetarianismo, veganismo, macrobiótica, paleolítica….  

Vivimos en sociedades donde nos rodean situaciones de estrés, ansiedad, angustia… que condicionan nuestros hábitos alimenticios y los alimentos que ingerimos por la rapidez e inmediatez con la que los adquirimos. Comemos mientras trabajamos, vemos la TV o estamos pendientes de nuestro teléfono.  

 

Comemos de pie o con malas posturas en el sillón o sofá. Comemos sin saber por qué comemos o comemos, simplemente, porque ha llegado la hora de comer sin hambre.  

No tenemos un conocimiento real de cuál es nuestro apetito o el nivel del mismo y de cómo nos sientan los alimentos en nuestros concretos cuerpos individuales. Comemos con prisa moderada o alta, a veces no comemos, solo engullimos alimentos sin prestar atención a qué estamos comiendo y si nos apetece o no.

 Hasta que nuestro cuerpo no  reacciona a esa escasa atención que le dedicamos a la comida, no reparamos en darnos cuenta que la comida es un elemento más de relación que hemos de cuidar como el resto de vínculos en nuestra vida.  

Por otro lado, y sin que ello signifique menos causa a las razones por las que castigamos nuestro cuerpo a través de la comida, existe una presión social constante contra nuestros cuerpos basada en las exigencias que nos marcan los cánones de belleza bien definidos para hombres y mujeres, y bien diferentes en sus niveles de obligatoriedad, lo cual nos coloca en un estado de inconformismo y maltrato (violencia dulce) con nuestro físico intentando ser otras personas que no somos y llegando a sufrir de trastorno alimenticios graves como la anorexia o la bulimia.  

Si algo está claro pero no lo vemos es que no podemos ser otra persona que la que somos por mucho que nos empeñemos en modificar y adornar su expresión externa. Esta presión milenaria fruto de una idea patriarcal de los cuerpos es la razón originaria por la que insistimos en regímenes de adelgazamiento, dietas y tratamientos estéticos y cirugías para entrar en un molde predefinido y homogéneo según cada sociedad para conseguir la aceptación y el reconocimiento social o dicho de otro modo para no ser rechazados y rechazadas por no entrar en una talla.

“Quiero adelgazar pero no puedo” o “quiero subir de peso pero no puedo” es una frase que a menudo muchas personas pronuncian ante las dificultades para moldear su cuerpo en base a esa exigencia de cuerpos 10.  

Estas dos explicaciones anteriormente citadas, la poca atención a una relación diaria con la comida y la presión estética por un cuerpo canon de belleza, se han  convertido en pesadillas diarias y nocturnas en las mentes de muchas personas que entablan una lucha incesante con la báscula.  

Convencida de que no podemos abordar la obsesión por la talla exclusivamente con cambios conductuales es por lo que me interesé por el estudio de la alimentación consciente y poder sumarla a la reflexión sobre la consciencia de la presión que se ejerce sobre los cuerpos por que sean perfectos.   Mientras no seamos conscientes de cómo comemos pero también de por qué dejamos de comer no empezará una relación coherente y sana con cada alimento.    

alimentación consciente

 

El Mindful Eating o Alimentación Consciente es una técnica basada en el Mindfulness o Conciencia Plena, que tiene su origen en la meditación budista. Y que consiste en prestar atención a nuestros pensamientos y emociones, a las sensaciones de nuestro cuerpo y al ambiente que nos rodea.  

La aplicación del método de Alimentación Consciente nos permite, precisamente, ser conscientes de qué comemos y por qué. En vez de diferenciar alimentos buenos de malos, se trata de aprender a comer reconociendo las señales de apetito que nos da nuestro cuerpo respecto de las señales emocionales que nos impulsan a comer, por ejemplo, para aliviar una situación estresante o tapar una emoción con la que no nos llevamos demasiado bien.

A través de la Alimentación Consciente o Mindful Eating pretendemos: 

  • Prestar atención a nuestras sensaciones mientras comes. 
  • Conectar con nuestras emociones para romper con los automatismos que nos llevan a comer sin pensar o a dejar de comer.
  • Bajar de peso y /o mantener el logro gracias a los cambios en tus hábitos de alimentación.

Pero sumado a esta práctica de atención plena en la comida no podemos olvidarnos de que hemos de trabajar sobre la reflexión de cuál es la valoración que le damos a nuestro cuerpo y nuestro peso. Sobre si perseguimos un cuerpo ideal o aceptamos y queremos el que tenemos sabiendo que somos mucho más que un cuerpo y que nuestro reconocimiento y respeto no lo marca la talla de la época.  

Una mujer que tenga la talla 44 no está de moda en la sociedad en la que vivimos actualmente pero si cambiamos de época o incluso si cambiamos de país de origen será aceptada y reconocida mucho más que si viste una talla 34.    

No podemos condicionar nuestra talla a la época o país en el que nacemos así como no podemos condicionar el respeto hacia nuestro cuerpo porque no lo obtengamos masivamente por la sociedad en la que nos ha tocado nacer o vivir.

Tanto en las formaciones sobre alimentación consciente como en las sesiones individuales mi intención es que las personas aprendamos a relacionarnos con la comida saludablemente y sin presiones por una talla o un peso. El objetivo central del trabajo que perseguimos con esta herramienta es contribuir a la autoestima y autocuidado de las personas reforzando la idea de genuinidad en quienes somos y abandonar cánones y estereotipos que nos enferman y nos sacan de lo que realmente es importante.

Comer para vivir sana y serenamente es mi objetivo con la alimentación consciente y quiero que también sea el vuestro.

Nuestros recursos a tu disposición

En nuestra página web podrás encontrar además otros recursos importantes para poder conocer los beneficios que la alimentación consciente puede darte cuales:

  • talleres y cursos en la sección calendario para participar de forma presencial.
  •  Cursos on line específicamente dedicados a la alimentación consciente, a la alimentación consciente y las defensas inmunológicas y a la gestión emocional que ayuda a no crear situaciones de estrés que nos debilitan.
  •  Nuestras APPS, en particular “”Alimentación Consciente: 10 pasos para alimentarte conscientemente, que podrás descargarte en tu móvil.
  • Artículos específicos en nuestro blog .
  • Recomendación de bibliografía y videografía.
  • Primera consulta de Coaching en Alimentación.

Te animamos además a realizar nuestro TEST DE ALIMENTACIÓN CONSCIENTE