¡Cuidado, resbala!

Vivimos en sociedades dónde lo que se prioriza son aquellas actividades remuneradas, que reportan prestigio y se miden en su valor monetario. Sin embargo, existen un montón de tareas invisibles que son imprescindibles para sostener la vida de todos y todas.

Este documental, ¡Cuidado, resbala!, aborda una de las preocupaciones de la sociedad en general y de los movimientos feministas en particular: el trabajo de los cuidados. Quién lo realiza, cómo se valoran, cuán necesarios son, qué nos aportan.

Sin cuidados no hay vida, y sin vida no hay política, ni mercados, ni crisis… absolutamente nada.

 


España es el país de la Unión Europea con más empleadas del hogar. Son datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que hablan en femenino, porque el 90% de las personas que se dedican a este tipo de empleos son mujeres, la mayoría, extranjeras y principalmente latinoamericanas. En 2010, antes del epicentro de la crisis, existían en España 747.000 personas dedicadas al trabajo doméstico, una cifra difícil de cuantificar teniendo en cuenta la cantidad de economía sumergida que registra el sector.

El documental ¡Cuidado, resbala! pretende precisamente eso: arrojar luz sobre la situación que viven miles de mujeres en España. El proyecto, de la asociación Círculo de Mujeres de Málaga, pone el foco en los cuidados y en la invisibilidad que los rodea. “Los cuidados son el conjunto de actividades que regeneran el bienestar físico y emocional de la gente. Involucran lo que tradicionalmente hemos llamado trabajo doméstico: limpiar la casa, hacer la cama, lavar la ropa… Esas tareas más materiales y también tareas para atender los cuerpos: lavar a un niño, darle de comer, etc. Son necesidades de todas las personas, en todos los momentos de la vida, y no solo los necesitan las personas a las que se llama dependientes como dicen algunos discursos”, aclara al inicio del documental Amaia Pérez, economista.

Leer el artículo completo: “Empleo doméstico: un trabajo invisible