Abortar en Londres
Abortar en Londres cuenta la realidad de muchas mujeres que en la década de los sesenta y setenta se veían obligadas a marchar a un país extranjero para ejercer su derecho a abortar. El régimen dictatorial que existía en España no solo asesinaba a las mujeres sino que las desposeía de todo derecho sobre sus cuerpos. Lo triste e indignante es que desde el inicio de la democracia esto no ha cambiado demasiado, y cuarenta años después todavía tenemos que luchar por el derecho a decidir si queremos o no ser madres donde el aborto es un asunto político y donde hombres en el poder siguen decidiendo qué es lo que las mujeres quieren hacer con sus vidas y sus cuerpos.
Título original: Abortar en Londres
Director: Gil Carretero
Año: 1977
Duración: 95 min.
País: España
Guión: Roberto Estévez
Música: Antón García Abril
Fotografía: Raúl Pérez Cubero
Reparto: Pedro Mari Sánchez, Sandra Mozarowsky, Lola Herrera, Viky Lagos, Virginia Mataix, Paloma Pagés, Celia Torres, Susana Mayo
Abortar en Londres, se desarrolla en la España franquista de finales de los años setenta. Cuenta la historia de una joven violada por tres individuos ante su novio Pedro y, poco después, la protagonista descubre que está embarazada.
Ante la duda de si pudiera ser de alguno de los violadores y presionada por su novio, Pedro, decide abortar. Vivir en un país en el que el aborto está prohibido y solo se practica en clínicas clandestinas con importantes riesgos para la salud de las mujeres, lleva a la protagonista a viajar a Londres. En Londres conoce a otras tres mujeres que como ella, han tenido que huir de su país para ejercer sus derechos sobre sus cuerpos. Abortar en Londres muestra cómo estas mujeres viven y sienten esa situación, en contra de su realidad social.
Todavía hoy, con una supuesta democracia de más de cuarenta años, la realidad que cuenta Abortar en Londres, sigue poniendo de manifiesto la necesidad de reivindicar nuestro derecho a decidir, nuestro derecho a elegir, nuestro derecho a hacer con nuestro cuerpo lo que nos dé la gana porque es pese a quien pese propiedad nuestra exclusivamente.