¿Por qué nos deprimimos las mujeres?
Es un estigma el hecho de que las mujeres tengamos el doble de probabilidades de sufrir depresión o cualquier problema de salud mental que los hombres. El sesgo de género existente en el padecimiento de la depresión nos impide aprender a gestionar los sentimientos, al grado de ser discriminadas por nuestros malestares emocionales. Pero ¿por qué nos deprimimos las mujeres?
Es importante subrayar que el mayor índice de depresión en las mujeres no se debe a factores biológicos. Las circunstancias de la vida y los factores culturales de estrés influyen en gran medida. Si bien algunos de estos factores se presentan en los hombres, por lo general, el índice es mucho menor. Los factores que pueden aumentar el riesgo de depresión en nosotras las mujeres, como indican las especialistas de la Asociación Mujeres para la Salud, son:
- Ser para otros y no ser para nosotras. Las mujeres debemos hacer un esfuerzo por ajustarnos a los mandatos de género y a la presión del modelo de dominación/sumisión independientemente de nuestra edad biológica, aunque cada generación marca un sincretismo diferente al que cada mujer debemos ajustarnos. En la medida en que las contradicciones se hagan insoportables aumentará la probabilidad de que las mujeres suframos un trastorno por razón de género.
- Desigualdad de poder y posición social. Las mujeres tenemos muchas más probabilidades de vivir en la pobreza que los hombres, lo que genera preocupaciones, como incertidumbre acerca del futuro, así como menos acceso a los recursos de atención médica y de la comunidad. Algunas mujeres afrontan un mayor nivel de estrés debido a la discriminación racial. Estos problemas pueden causar sentimientos de negatividad, baja autoestima y falta de control en la vida.
- Sobrecarga de trabajo. A menudo, las mujeres trabajamos fuera de nuestras casas pero también nos ocupamos de las responsabilidades del hogar y los cuidados. Muchas mujeres enfrentan el desafío de ser madres solteras, o son pluriempleadas pues sus recursos son insuficientes para llegar a fin de mes. Además, las mujeres solemos implicarnos en labores de cuidado de nuestras hijas e hijos y, al mismo tiempo cuidar a familiares enfermos u otras personas mayores.
- Abuso sexual o físico. Las mujeres que han sido víctimas de abuso sexual o maltrato emocional o físico durante la niñez o en la edad adulta tienen más probabilidades de padecer depresión en algún momento de sus vidas que aquellas que no sufrieron abuso ni maltrato. Las mujeres estamos más expuestas a sufrir este tipo de abusos y violencia sexuales.
Información sobre la depresión
La información sobre la depresión, sus causas y consecuencias, se ha convertido en foco de atención a nivel mundial, por sus efectos en la calidad de vida de las personas a corto y largo plazo, tanto así que el Día Mundial de la Salud en 2017 se centró en abordar este padecimiento.
Debido a que nuestra educación emocional ha sido deficiente, se mantienen muchos prejuicios en torno a la salud mental y a los trastornos mentales, por lo que es habitual que las personas con problemas de salud mental se hayan podido sentir avergonzadas o culpables de su situación.
La depresión no es un signo de debilidad
Ante ello, es preciso que evitemos contribuir en alimentar dichos estereotipos y prejuicios negativos e infundados, que impiden que las personas pidamos ayuda, cuando sufrimos algún problema de salud mental como la depresión.
Según la Organización Mundial de la Salud hay unos 300 millones de personas que sufren alguna clase de depresión en el mundo. En España son aproximadamente 2 millones. El 20% corresponden a las depresiones endógenas o biológicas, que afectan por igual a hombres y mujeres. El 80% restante se consideran depresiones exógenas o situacionales, pero están muy desigualmente repartidas entre ambos sexos, el 30% son depresiones diagnosticadas en hombres y el 70% son depresiones diagnosticadas en mujeres.
La diferencia es que las endógenas se relacionan con los bajos niveles de serotonina en el organismo, mientras que las exógenas tienen su origen en cualquier situación difícil que se produce en la vida de las personas: una muerte, una enfermedad, o un accidente, la pérdida de un trabajo o estar en situación prolongada de desempleo, por alguna adicción, etcétera.
Desde la Asociación Mujeres para la Salud se aborda un tercer tipo: la depresión de género, la cual podría considerarse exógena, con la diferencia de que sólo se produce en nosotras las mujeres, y sus causas son exclusivamente específicas de la subordinación y de la violencia de género por parte de los hombres, como hemos referido al inicio.
La OMS advierte que la depresión es un trastorno cada vez más frecuente, que además se manifiesta y desarrolla en pocas semanas. Existen unos síntomas psíquicos: como la tristeza, la apatía, la falta de interés, falta de concentración, irritabilidad, pesimismo, culpabilidad, ansiedad, baja autoestima. También, inciden otros somáticos o físicos, como insomnio o exceso de sueño, trastornos alimenticios, disfunciones sexuales, dolores y molestias diversas.
La OMS añade que puede llegar a hacerse crónica o recurrente y dificultar sensiblemente el desempeño en el trabajo o el colegio y la capacidad para afrontar la vida diaria. En su forma más grave, puede conducir al suicidio. A pesar de resultar muy incapacitante, en la mayoría de los casos se vive en silencio, si no en el entorno inmediato, sí en el ámbito profesional y en todo el entorno social. Según el Observatorio de Suicidio, el País Vasco es la octava comunidad en número de suicidios con un suicidio cada dos días.
Datos de la OMS sitúan a España como el cuarto país europeo con mayor índice de depresión, mientras que Alemania se posiciona en primer lugar con 4 millones de personas que sufren este padecimiento.
La prevalencia es aún mayor en mujeres menores de 29 años o mayores de 55, sumada, como ya hemos mencionado, a los factores que facilitan su aparición.
Si nos preguntamos el por qué de esta diferencia, encontramos que la socialización de género sexista y las relaciones de dominación/sumisión entre ambos sexos, generan consecuencias negativas en la salud mental de las mujeres. Todo lo cual, nos lleva a deducir, que este elevado porcentaje de depresiones exógenas femeninas, apunta la existencia de lo que se denomina depresiones de género.
#Infografía | La #depresión: cuando la vida no tiene sentido pic.twitter.com/fxhctOkkXq
— Ayuda Psicológica (@Ayuda_Psic) 1 de marzo de 2019
Datos de la última Encuesta Nacional de Salud de España, informan que el 9.1% de las mujeres padecen ansiedad crónica, frente al 4.3% de los varones, mientras que la depresión se presenta en 9.2% de las mujeres y en el 4% de los hombres. El 13.9% de las mujeres consume tranquilizantes o pastillas para dormir, frente al 7.4% de los hombres, en tanto que el 6.7% de las mujeres recurre a antidepresivos o estimulantes, frente al 2.7% de varones.
Un estudio publicado en la Gaceta Sanitaria, confirma que la formación de las personas profesionales en psicología y psiquiatría, influyen en la perspectiva de género, también en el tratamiento de las enfermedades mentales. Muestra de ello es que sólo el 12% del profesorado en las facultades de medicina y alrededor del 20% de las coordinaciones de área dentro del Sistema Nacional de Salud, son mujeres, de manera que prevalece el estereotipo sexista, ampliamente incorporado en nuestra forma de pensar, sentir y actuar como profesionales y como pacientes, la estructura, el funcionamiento y la dinámica de la familia, así como la estructura, la organización y la provisión de servicios sanitarios y una buena parte de la legislación vigente. Estas circunstancias, influyen evidentemente, en los diagnósticos de la depresión, y otros problemas de salud mental.
Alternativas y visibilidad a la depresión desde el arte
Dexpresionismo es una corriente artística con la que se quiere dar voz y visibilidad a la depresión y a quienes sufren esta enfermedad, que no siempre es bien conocida, mucho menos comprendida, por la sociedad.
Este proyecto fue impulsado en 2018 por la Cruz Roja en España, y como cualquier movimiento artístico que se precie, tiene ya a sus artistas, así como gente que la impulsa y la promueve.
Como afirma el colectivo en su manifiesto, el Dexpresionismo es libertad creativa total al servicio de concienciar a la sociedad y acabar con el estigma de la enfermedad.
En el siguiente video las personas implicadas en este movimiento artístico nos cuentan desde otra mirada más aspectos sobre este padecimiento.
Otras artistas se dedican a desromantizar la depresión a través de sus obras:
Tracey Emin es de mis artistas favoritas. Esta instalación se llama “My Bed”, es de 1998 y pretende desromantizar la depresión y los excesos y tratarlos abiertamente desde un punto de vista real. pic.twitter.com/NyjmiNOUUs
— skadi (@martaskadi) 14 de marzo de 2019
Si comunicamos nuestras emociones, algo cambia
La manera en la que gestionamos las emociones incide sobre cómo expresamos nuestro malestar psicológico. Está claro que los roles sociales impuestos también afectan a la hora de describir qué comportamientos están bien vistos en cada género. Los hombres con frecuencia suelen reprimir el miedo con rabia. En cambio, las mujeres tendemos a reprimir la rabia con miedo o tristeza, puesto que culturalmente está mejor aceptado, según explica la psicóloga Nathalie Lizeretti, entrevistada para el diario catalán La Vanguardia.
Los problemas de salud mental nos afectan a todas las personas y en cualquier edad. Compartirlos ayuda porque cuando hablamos, algo cambia. Durante una formación de escritura emocional con mujeres, se les indicó que debían inventar un objeto para aliviar el sufrimiento. Entre los objetos propuestos por las participantes, había una taza para beber chocolate con cuatro asas, que sólo podía usarse en colectivo. La propuesta de esta compañera era precisamente compartir la taza de chocolate para compartir la alegría -pues el chocolate genera endorfinas que animan al organismo- pero también compartir nuestras emociones y sus efectos.
Por tanto, comunicar nuestro sentir, contribuye a nuestro bienestar y además facilita que podamos pedir ayuda y que podamos recuperar el proyecto vital que se quebró en un momento dado. Así lo cuenta la presentadora Mercedes Milá que sufrió depresión:
Insistimos, no hay persona alguna inmune a la depresión, aunque permanece como un tabú o un estigma social. Como hemos expresado, la depresión no es una debilidad que se pueda tratar sólo con la buena voluntad. Es una enfermedad que puede generar consecuencias letales si no se atiende a tiempo. Hacer relevantes las causas sociales que nos afectan particularmente a las mujeres es fundamental.
Si no reconocemos la depresión, no se puede tratar. Si alguna persona cercana a ti presenta signos de depresión, no la juzgues, escúchala. Si percibes que sufres algún síntoma de depresión, compártelo con alguien. Conócete, cuídate, ámate.
Cuando la ansiedad camina a nuestro lado
¿Quién no ha sentido alguna vez en su vida ansiedad? ¿Quién no ha tenido alguna vez un ataque de ansiedad? ¿Quién no se ha tenido que enfrentar a la terrible sensación de perder el control sobre el propio cuerpo y la mente?
En esta publicación os hablamos sobre los factores estresores en las mujeres y sobre cómo gestionar la ansiedad.