Uno de cada tres menores vive en el umbral de la pobreza

17 Oct, 2016Artículos, Feminismos

La situación de las y los menores en Europa y España, lejos de mejorar, parece empeorar año tras año. Casi uno de cada tres menores vive en el umbral de la pobreza. Muchas niñas y niños se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión social, una cifra que aumenta cada año debido, principalmente, al poco impacto que las políticas estatales tienen en la reducción eficaz de la pobreza.

La pobreza infantil está directamente relacionada con la desnutrición infantil y la malnutrición. La desigualdad y la poca eficacia de las políticas sociales redistributivas crean una importante alarma en nuestro futuro más cercano.

 

La pobreza infantil en cifras

Según el informe publicado en 2014 por la ONG Save the Children, “Pobreza infantil y exclusión social en Europa”, la pobreza infantil en Europa es una lacra generalizada aunque es cierto que difiere bastante entre países.

Por ejemplo, en los países nórdicos y Eslovenia, Holanda, Alemania, Suiza y la República Checa esta tasa se sitúa entre el 12 y el 19 % de los niños y niñas. Mientras que en Grecia o Hungría asciende hasta el 35-41%. O en casos más extremos como en Bulgaria que más de la mitad de los niños y niñas, un 52%, se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social.

España ocupa un deshonroso segundo puesto de países europeos con mayor tasa de pobreza infantil, con un escandaloso 29,9%. Y ésta cifra puede aumentar hasta el 33,8% (cerca de 2,8 millones de niñas y niños) si se tiene en cuenta el riesgo de exclusión social de la familia.

España sigue siendo un país considerado a la cola, junto con Grecia, en lo que respecta a medidas políticas y sociales capaces de atajar la brecha de la pobreza.

 

Y los gobiernos… ¿Qué hacen al respecto?

Aunque este pueda parecer un problema de países ricos y pobres dentro de la Unión Europea, no es el único factor a tener en cuenta. La importancia de las políticas redistributivas o un alto grado de inversión gubernamental en bienestar social son algunas de las medidas que se deberían llevar a cabo si queremos reducir estas brechas de desigualdad en la infancia entre países.

El sistema de transferencias sociales es el mecanismo con el que los países intentan hacer frente a estas desigualdades entre niñas y niños. Pero no todas las transferencias sociales son igual de eficaces, ya que es necesario que el gasto estatal no solo aumente para hacer frente al incesante aumento de la tasa de niños y niñas en riesgo de exclusión social y pobreza, sino que además debe aplicarse directamente sobre los hogares y las niñas y niños con medidas como:

  • Acceso a una vivienda social digna,
  • Creación de un salario mínimo,
  • Deducciones fiscales,
  • Acceso universal a la educación y la atención primaria.

Otro aspecto sobre el que es necesario hacer hincapié es el empleo femenino. Los datos demuestran que los países donde el empleo femenino es de calidad (igualdad en el salario, flexibilidad, puestos cualificados) la brecha de la desigualdad entre niños y niñas y la pobreza asociada a estas desigualdades es mucho menor que en los países donde las mujeres son discriminadas y sufren los efectos más abusivos y machistas de la sociedad patriarcal.

 

Impacto de las transferencias sociales en los distintos países

Como podemos observar en la siguiente gráfica no todos los países con sistema de transferencias sociales son igual de efectivos ni han conseguido los objetivos de la lucha contra la pobreza infantil.

mapa-transferencias-sociales_europa

Fuente: EU-SILC 2013 (Extraído Enero 2014) – Datos de Irlanda referidos a 2011. Informe Pobreza infantil y exclusión social en Europa. Save the Children

Grecia y España son los países que se sitúan más a la cola en cuanto a la eficacia para reducir la pobreza infantil en Europa. A pesar de la inversión gubernamental solo han conseguido reducir un 2,9 y 6,9% respectivamente, el riesgo de pobreza entre niñas y niños.

¿Dónde están los millones de euros que estos países obtienen cada año gracias al turismo? ¿El problema de la no reducción de la pobreza infantil en estos países viene dada por la falta de recursos destinados a tales fines? ¿se debe a la incompetencia  de los y las gobernantes en la redistribución de la pobreza? o ¿a las elevadas tasas de corrupción en ambos países?

Sea cual sea la respuesta a esta difícil pregunta lo que es cierto es que la combinación fatídica de las tres variables pone en serio riesgo a la población más vulnerable de estos países, las niñas y los niños.

 

La crisis económica y el aumento de la pobreza

España y Grecia han sido los países del sur de Europa más castigados desde el inicio de la crisis, estos dos países presentan los peores datos de pobreza desde 2008.

España se sitúa en el segundo puesto con más pobreza infantil y Grecia en el cuarto puesto. Entre 2008 y 2012 ha aumentado más de un millón el número de niños en riesgo de pobreza y exclusión social. Situándonos en el 33,8% de niños y niñas en riesgo de pobreza y exclusión social, y con un 29,9% de menores en el umbral de la pobreza relativa.

Los datos de las diferentes asociaciones muestran que el riesgo de sufrir estas desigualdades aumentan cuando el padre o la madre son personas migradas y sobretodo en las familias monoparentales cuya cabeza de familia es una mujer.

Otro de los factores a tener en cuenta en España y Grecia para abordar el preocupante crecimiento de la pobreza infantil es el empleo indigno. En muchas ocasiones, a pesar de que alguno de los progenitores tenga un empleo no se llega a los umbrales mínimos de riqueza. Esto quiere decir que el empleo precario está directamente relacionado con la pobreza o el riesgo de exclusión social.

Video: Pobreza infantil UNICEF

 

Desnutrición y malnutrición infantil

Una de las consecuencias directas de la pobreza infantil es la desnutrición infantil. Según los cálculos de diferentes organizaciones del Tercer Sector Social, un 25% de las personas menores de 16 años en España sufre malnutrición.

Según diferentes asociaciones de salud que desde años actúan en el territorio griego, el 10% de los alumnos griegos de educación primaria y educación media padecen lo que los profesionales de la salud llaman inseguridad alimentaria. La inseguridad alimentaria es entendida por estos colectivos como personas que pasan hambre o que están en riesgo de pasarla.

Los problemas asociados a la pobreza infantil no son solo la desnutrición que es la falta de algunos nutrientes básicos, sino también la malnutrición, es decir, no alimentarse correctamente ya que no se tienen ingresos necesarios como para realizar una compra equilibrada y saludable. Hay familias que no pueden comprar frutas y verduras, carnes o pescados básicos para una correcta alimentación.

La desnutrición y la malnutrición llevan asociadas también otras enfermedades como la diabetes temprana o enfermedades cardiovasculares. Sin olvidar que las y los menores que no tienen una alimentación saludable o que no pueden realizar todas las comidas en un día sufren otros trastornos cognitivos que van desde la falta de atención hasta la pérdida de capacidad intelectual, los problemas psicológicos y el consiguiente fracaso escolar.

Vídeo: Gonzo, reportaje sobre malnutrición en los colegios

 

Mendicidad: las personas ‘sin techo’

Otra de las causas de la pobreza a la que están siendo sometidas las personas en los países del sur de Europa, como el caso de España y Grecia, es el desahucio de la vivienda, convirtiendo a estas personas o familias en medigas “sin techo”.

Vídeo: La población griega al límite

Las cifras oficiales y las de las asociaciones que ayudan día a día a estas personas sin hogar varían notablemente. Desde Cáritas estiman que son más de 40.000 personas sin techo frente a las 23.000 que recoge el INE. Pero estas cifras no reflejan toda la realidad de una situación dramática ya que, a pesar de tener un techo, en España, 1.475.037 de personas tiene que permanecer en una vivienda inadecuada.

Además de la exclusión provocada por no tener un hogar, estas personas son también mucho más vulnerables a las agresiones y humillaciones. Un 47% de las personas dice haberlas sufrido. Y dentro de este colectivo, las mujeres son las que más agresiones han sufrido; en muchos casos agresiones sexuales que no denuncian debido a su situación de abandono o miedo.

 

Hacia un futuro sin pobreza

Todas las organizaciones apuntan a una misma estrategia para erradicar esta lacra social: la inversión efectiva en las políticas redistributivas.

Empezando por un gasto en las políticas sociales y un aumento del parque de vivienda social y digna. Una atención directa sobre la alimentación de los niños y niñas dejando por ejemplo los comedores abiertos todos los días del año y aumentando las becas de comedor. Aumentando los salarios para que ninguna persona, a pesar de tener un empleo, se encuentre bajo el umbral de la pobreza relativa o en riesgo de la misma.

Estas son solo algunas de las medidas que desde las asociaciones instan a llevar a cabo para que la crisis humanitaria que vivimos dentro y fuera de nuestras fronteras no se agrave todavía más y pronto nos demos cuenta, que hemos arruinado lo más importante que tiene un país, su futuro.

Un futuro que solo es posible gracias a los niños y niñas que lo construyan.  

 

Referencias: