Siguiendo el recorrido que iniciamos en el post “Comprendiendo el Síndrome Pre-Menstrual” hoy os venimos a hablar de aquellos tratamientos naturales a nuestra disposición con los que podemos mejorar nuestra vivencia menstrual durante la fase menstrual (especialmente si el SPM ha llamado a nuestra puerta este mes).
A continuación analizaremos algunas opciones, antimedicalizadas y antiindustrializadas, que podrán serviros de ayuda a la hora de lidiar con todo lo que el SPM conlleva a nivel fisiológico.
Tratamientos fitoterapéuticos
Antiinflamatorios
En el siglo XXI, escuchar antiinflamatorios hace que vengan a nuestra mente imágenes de las tabletas de ibuprofeno.
El ibuprofeno resulta siempre una opción efectiva por su acción inhibidora de las enzimas proteicas del tipo ciclooxigenasa y bloquea la respuesta inflamatoria del organismo. La SEFAC (Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria) afirma que la fitoterapia (tratamientos y terapias medicinales de origen vegetal) es una alternativa válida, ya que hay plantas que emiten una respuesta similar a los antiinflamatorios convencionales.
Diferentes dolencias pueden ser tratadas con diferentes hierbas. A continuación hablaremos de las más apropiadas para el tema que nos ocupa.
Ortiga (Urtica dioica y Urtica Urens): Esta planta ha sido considerada una “mala hierba” durante mucho tiempo, haciéndose famosa por su cualidad urticante. ¡Cuántas veces habremos ido de excursión y alguien ha acabado “ortigandose”! Sin embargo la ortiga ha sido utilizada en la medicina tradicional durante miles de años por ser muy rica en vitaminas, flavonoides, minerales y oligoelementos. En este caso nos interesa, especialmente, por sus propiedades antiinflamatorias, antidiarreicas e inmunoestimulantes. Así mismo, su acción remineralizante combate el debilitamiento y previene la fatiga crónica.
Recomendamos su consumo en infusiones, cremas de verduras o ensaladas. Puede ser buena idea utilizarlas para hacer caldo como base para nuestras sopas.
Tened siempre en cuenta que la acción urente de la ortiga se elimina al contacto con altas temperaturas, por lo que es preferible cocinarlas antes de comerlas.
Sauce: Las tres variedades principales de sauce han sido utilizados en la medicina tradicional de casi todas las culturas a través del globo. Escritos de Hipócrates (460 a.C. 370 a.C.) referencian el uso de la corteza de este árbol como remedio para tratar dolores de diferentes tipos. Estudios recientes reafirman la implementación de este remedio natural, ya que el compuesto salicílico que contiene funciona de forma similar a la aspirina.
Destacamos que está contraindicada para mujeres embarazadas o en época de lactancia y que su uso habitual no debe prolongarse más de 3 meses. Al igual que cualquier medicamento, debe ser utilizado cuando lo necesitamos, no como parte ritual de nuestro día a día.
En el caso del SPM, está indicado por sus propiedades analgésicas, antipiréticas y astringentes, a parte de favorecer la producción de melatonina, lo que ayudará a combatir el insomnio en caso de padecerlo.
La forma más común de añadir el sauce a la dieta es infusionando su corteza. 25gr de corteza de sauce hervida en 1l de agua durante 15 minutos y tendremos esta deliciosa infusión medicinal para unos cuantos días.
Eucalipto: Este árbol de la familia de las mirtáceas (plantas aromáticas), tan comúnmente utilizado por la industria papelera por su rápido crecimiento, es uno de los principales remedios de la medicina de la antigua China. Sus beneficios antiinflamatorios, antisépticos, calmantes y expectorantes estimulan el sistema inmune, lo cual nos permite combatir gran cantidad de malestares sin mayor esfuerzo.
Tanto en infusiones como en aromaterapia (aceites esenciales) podremos aprovechar correctamente lo que el eucalipto tiene que aportarnos.
Jengibre: Muy utilizado en las culturas asiáticas, especialmente en la India, el jengibre es una planta subterránea que ha sido empleada tanto como especia como tratamiento medicinal desde tiempos inmemoriales. Entre sus muchas propiedades destaca el aporte mineral; es muy rica en cobre, zinc, magnesio y manganeso.
Destacamos su función náusea-detractora, antiinflamatoria y analgésica.
Al mejorar la digestión y estimular la circulación sanguínea nos ayudará a hacer frente a algunos de los síntomas de SPM.
El jengibre es muy versátil, puedes añadirlo a cualquier receta, comerlo directamente crudo o infusionado junto a unas rodajas de limón.

Diuréticos
Los diuréticos son sustancias que facilitan la secreción y excreción de la orina, lo que previene la retención de líquidos y elimina la molesta sensación de hinchazón de la semana premenstrual. También protegen los riñones evitando la absorción y eliminando los excesos de sodio.
Los alimentos con alto aporte fitoquímico y mayor cantidad de agua, potencia el mantenimiento de los niveles de
hidratación adecuados, al tiempo que incrementa la tasa de micción.
Como podréis imaginar, las frutas y las verduras son los mejores diuréticos que la madre naturaleza podría darnos, por su gran cantidad de agua, celulosa y fibra.
Algunos ejemplos destacables:
Sandía: La sandía, con un 92% de agua, contiene una gran cantidad de carotenos y licopenos, dos tipos de fitoquímicos, que protegen nuestras células y las proteínas musculares de los radicales libres. Al reforzar la actividad de los riñones potencia la eliminación de toxinas y nos ayuda a mantener niveles de agua normales.
Piña: La piña, gracias a la bromelia (uno de sus compuestos), trabaja como enzima digestiva, nos ayuda a hacer la digestión correctamente, previene los espasmos intestinales y reduce la inflamación abdominal.
Casi podríamos considerarla un super alimento. Alta en vitaminas del espectro B y minerales como el potasio, calcio y hierro, resulta altamente antioxidante y ayuda a eliminar los excesos de sodio.
Uvas: Esta fruta es muy baja en sodio y altamente hidratante lo que nos ayudará a mantener la vejiga bien vacía y depurada. Las uvas son ricas en potasio, estimulador de la función hepática, y por lo tanto, un potente diurético natural.
Espárragos: Los espárragos son el alimento perfecto contra la retención de líquidos, ya que la asparruguina, uno de sus aminoácidos, aumenta la micción.
Cola de caballo: Rica en silicio, potasio, fósforo, calcio y compuestos fenólicos, desempeña una función diurética y hepatoprotectora.
Estudios llevados a cabo por el departamento de Farmacología de la UCM señalan que el consumo regular de cola de caballo produce un aumento en la eliminación hídrica y puede ayudar a combatir hemorragias internas.
Romero: Esta planta aromática tan presente en la cultura mediterránea, es muy interesante, no solo por el sabor que da a nuestras recetas, sino por todo lo que puede aportar a nuestra salud. El romero destaca por su composición fitoquímica; los más subrayables son los flavonoides, terpenos y el ácido fenólico. Estos antioxidantes vegetales nos aportan beneficios diuréticos, antisépticos y antiespasmódicos.
Flor de hibisco: Originaria de zonas tropicales, la flor de hibisco es un potente ansiolítico natural. Destaca su fama como “flor renal” por sus efectos diuréticos y desinfectantes de las vías urinarias. A su vez, nos interesa cómo actúa relajando las paredes del útero.
Con tan solo 2 tazas de infusión de flor de hibisco los días previos a la menstruación podremos notar la diferencia.

Implementando estos remedios naturales en caso de necesidad, haciendo ejercicio con regularidad y, poco a poco, escuchando y respetando las señales de nuestro cuerpo seremos expertas en prevención del SPM.
El mindfulness será nuestro camino hacia la sabiduría biológica y la salud plena.