La influencia del estado de ánimo en el deseo sexual
¿Cómo influye nuestro estado de ánimo en el deseo sexual? En este artículo os explicaremos la importancia de los neurotransmisores que intervienen en nuestras emociones y nuestro deseo sexual. Haremos un recorrido fugaz sobre distintos estados de ánimo, sobre los neurotransmisores que intervienen y cómo afectan directamente al deseo sexual de las mujeres.
Entendemos por deseo la necesidad o anhelo que tiene una persona por saciar un gusto o una preferencia. Las personas sentipensantes deseamos constantemente, tenemos un abanico de deseos que tratamos de cumplir para sentirnos completas, satisfechas y en definitiva, felices.
Cuando hablamos de deseo sexual, tal y como explicamos en nuestro glosario feminista, no sólo nos referimos al anhelo por saciar un gusto, más bien hablamos de la necesidad fisiológico-emocional que tenemos los seres humanos en cuanto al sexo se refiere. Una necesidad de apego, de cercanía, que puede o no ir ligada al verdadero amor.
Los neurotransmisores y el deseo sexual
Los neurotransmisores son sustancias químicas que segregan las hormonas en la sinapsis. Entendemos por sinapsis el espacio que existe entre una neurona receptora y una transmisora. Estas sustancias se encargan de transmitir información de una neurona a otra.
Los neurotransmisores principales son la serotonina, epinefrina, histamina, dopamina, noradrenalina, gaba, acetilcolina, glutamato y glicina.
La euforia y la alegría
Cuando nos sentimos alegres e incluso eufóricas nuestro cerebro activa la endorfina, comúnmente conocida como “hormona de la felicidad” que se sitúa en el hipotálamo y en la glándula pituitaria. Estas sustancias curiosamente actúan como un analgésico natural.
Cuando estamos en un estado de euforia y tenemos las “endorfinas” por las nubes, nuestro deseo sexual incrementa y estamos más dispuestas a hacer o probar cosas nuevas.
Tristeza, ansiedad, depresión y estrés
Cuando estamos tristes nuestros niveles de serotonina, dopamina y noradrenalina disminuyen de tal manera que pueden llegar a causarnos debilidad física y mental y sensación de cansancio. En el caso de las depresiones severas, la disminución de estos neurotransmisores nos pueden provocar síntomas de apatía, sueño en exceso o insomnio, debilidad, falta de motivación, etc.
En casos de estrés, ansiedad y en general depresión, es normal que nuestro deseo sexual disminuya, en principio por la disminución de estos neurotransmisores comentados con anterioridad, pero también dependerá de la medicación o tratamiento que estemos tomando.
Normalmente los medicamentos recetados para este tipo de dificultades nos harán que nuestro deseo sexual disminuya, pero dependerá mucho de nuestro organismo y de cómo metabolice. Con medicación tipo Prozac o Seroquel, nuestro deseo puede que quede mermado hasta que nuestro cuerpo asimile la nueva sustancia artificial que nos ayudará poco a poco a ir recuperando tanto el deseo sexual como el deseo en general. Será cuestión de tiempo, de paciencia y en todo caso, para mantenernos bien informadas siempre debemos consultar a la persona especialista con quien llevamos el tratamiento.
En nuestro programa para la prevención de la ansiedad encontrarás diferentes claves para comprender la ansiedad, sus síntomas físicos, psicológicos, cognitivos, conductuales y sociales, y sus efectos en la salud.
Enfado, ira y/o agresividad
Al igual que ocurre con el miedo, en los casos de ira o agresividad extrema los niveles de serotonina disminuyen y nuestro cuerpo va a somatizar de tal manera que afectará al ámbito fisiológico pudiendo llegar a producir lesiones graves como úlceras, hipertensión e incluso casos de infarto.
Cabe destacar que en estas situaciones existen diferencias entre hombres y mujeres, puesto que la liberación de testosterona que se produce en los hombres puede provocar un incremento del deseo o apetito sexual (incluso de forma patológica).
En conclusión, el incremento o disminución de nuestro deseo sexual depende en gran medida de nuestro estado de ánimo y de los neurotransmisores que intervienen en nuestro cuadro de emociones. Si las emociones son positivas, nuestro deseo sexual incrementa o se mantiene estable, en cambio, si las emociones son negativas, puede que quede mermado, disminuya o desaparezca.
Creemos que es importante hablar del placer y deseo sexual de las mujeres, de la masturbación femenina, del erotismo y la sexualidad en las mujeres mayores de 60, del cine sobre sexualidad, del empoderamiento sexual… sin ningún tipo de pudor ni vergüenza. Si necesitas consulta en empoderamiento sexual no dudes en contactarnos, estamos en Bilbao, Bizkaia, Euskadi.