La importancia de Decir No

6 Mar, 2017Artículos, Educación Emocional, Feminismos

Saber Decir No, aprender a hacerlo, resulta básico para todas las personas, para nuestro desarrollo personal sano y positivo. Pero cobra especial importancia para nosotras las mujeres, puesto que nuestros deseos, necesidades, sueños, motivaciones, expectativas vitales, etc., se han visto sometidos y silenciados a lo largo de la historia, debido al sistema sociocultural dominante.

En un post anterior ya nos referimos a la dificultad que representa decir no para todas las personas en general. Sin embargo, en esta ocasión queremos centrarnos en cómo y porqué esa dificultad es mayor y tiene más incidencia en el caso de las mujeres,  y cómo nuestra condición (religión, cultura, etnicidad, sexualidad, nacionalidad, la discapacidad…), puede influir en que esta dificultad se agrave en mayor o menor grado.

¿Por qué a las mujeres nos cuesta más decir no?

El origen de nuestra dificultad con el NO, al igual que en otros aspectos (desarrollo de la autoestima, la autonomía, la independencia, la capacidad de liderazgo, etc.), lo hallamos en las construcciones históricas y culturales en función del género que atribuyen a mujeres y hombres determinadas características, capacidades, limitaciones, expectativas etc., como si fueran condiciones naturales de cada sexo.

Estas construcciones han supuesto y suponen un obstáculo para el logro, entre otros, de una comunicación asertiva, ya que nos han inculcado un estilo de comunicación pasivo – inhibido que representa un obstáculo al que hemos de enfrentarnos las mujeres diariamente en nuestras vidas.

Trabajar, entre otros aspectos, nuestra asertividad, nuestra capacidad de decir que no, es una condición indispensable para construirnos como sujetas autónomas dueñas de nuestras decisiones.

La teoría, las palabras… son fáciles de repetir, resulta fácil aleccionar, decir cómo habría que actuar o ser. Sin embargo, llegar a Ser con libertad de elección, con conciencia, estar en el lugar o los lugares en los que queremos estar, hacer lo que nace de cada una, en muchas ocasiones parece casi imposible de alcanzar.

Nos habituamos a un modo de vivir, a una repetición de conductas y pensamientos interiorizados, que nos coartan, nos silencian. Hemos sido educadas, y nos han enseñado a educar, para anteponer y pensar más en el bien ajeno que en el propio, para sentirnos culpables prácticamente por todo y por todas las personas, sin atendernos primero, sin darnos espacio para nuestro yo y pensar en nuestro propio bienestar.

¿Qué nos condiciona?

El sistema patriarcal y el tipo de educación que promulga, conlleva que las mujeres nos sintamos valoradas principalmente en base a lo queridas y aprobadas que nos sintamos por el resto de personas. Y esto es lo que dificulta nuestra capacidad de decir que no, ya que tendemos a pensar y sentir que al hacerlo, el “decir que no”, supondrá que nos quieran menos o nos dejen de querer.

Esta dificultad deviene en gran parte del rol de cuidadora (hogar, familia…) que históricamente ocupamos las mujeres. Dentro de este rol decir que no, no es una opción, ya que se espera de nosotras que cuidemos, que nos sacrifiquemos por el resto.

Las mujeres necesitamos identificar y ser conscientes de los roles, estereotipos y mandatos de género que nos condicionan en base a nuestro sexo incluso desde antes de nacer. Necesitamos reconocerlos para poder modificar nuestras creencias, pensamientos y sentimientos; para reconstruirnos, desde el amor a nosotras mismas, desde la aceptación y la ausencia de culpa, y también desde la crítica constructiva y la responsabilidad.

Aprendamos a Decir No

Una vez reconocidos y procesados esos condicionantes, es el momento de comenzar a caminar en pos de la autoestima, autonomía y empoderamiento individual y colectivo de todas y cada una de nosotras, es el momento de construir y de ser quien realmente queremos ser individual y colectivamente.

Un paso fundamental en ese camino es aprender a decir no. Hacerlo no nos convierte en personas egoístas o malvadas. Es reconocer que nuestro tiempo, espacio, prioridades, deseos… son valiosos e importantes. Saber decir no, es un paso hacia nuestra independencia, supone tomar control de nuestra vida y dedicar nuestro tiempo a lo verdaderamente importante para nosotras.

Un Proceso desde Dentro hacia Fuera

Al igual que la mayoría de los aprendizajes, el adquirir la capacidad de decir no, es un recorrido que ha de hacerse desde dentro de una misma hacia afuera. Cada persona hemos de ser el motor de nuestro propio cambio, siendo conscientes primero de cómo somos y porqué y, lo más importante, saber quién queremos ser, estableciendo nuestros límites, normas y obligaciones, delimitando nuestros propios intereses y sabiéndonos con derecho a elegir en base a los mismos. Eso sí, hemos de saber que el contexto nos pondrá dificultades porque este mundo no está acostumbrado a que las mujeres decidan sobre sus propias vidas.

Muchas mujeres, inconscientemente, tenemos creencias y comportamientos que mantienen y refuerzan la dependencia y sometimiento a las demás personas. Es fundamental reconocer estas ideas y conductas, analizar su origen con el objetivo de desaprender lo que nos limita y restringe, y aprender nuevas formas de ser desde la libertad y el respeto a una misma y a las demás personas.

Decidir qué se quiere y actuar en consecuencia.

Es importante mantener presente que este recorrido, este trabajo personal de cambio, es único y diferente para cada mujer, cada mujer tiene su propio proceso de empoderamiento ya que tenemos nuestra propia experiencia vital, nuestras características propias, nuestro contexto, recursos y circunstancias. Podemos buscar pautas, consejos, apoyos, etc., pero sabiendo siempre que es una responsabilidad nuestra que podemos hacer en compañía pero sin olvidar lo que dice Gloria Steinem, ”la revolución es desde dentro”.

Clara Murguialday, en su trabajo “Empoderamiento de las mujeres: conceptualización y estrategias”, hace referencia al concepto de Ganar poder desde dentro (el poder “interno”), explicando que el primer tipo de poder que las mujeres hemos de lograr es el que surge del interior de nosotras mismas. Lo define “como un proceso individual y subjetivo, que comienza con la toma de conciencia sobre la propia situación y sus causas, trae consigo un aumento de la autoestima y de la confianza en la propia valía, y proporciona a las mujeres un sentido de control sobre sus propias vidas.”

Este proceso suele ser largo, ya que requiere realizar un análisis crítico de las creencias interiorizadas sobre qué es ser mujer, para poder construir una identidad nueva y valorar las propias capacidades y prioridades. Puede resultar un proceso más o menos largo, pero necesario y vital.

Otro concepto que aborda es el de Ganar poder para cambiar la realidad (el poder “para”), refiriéndose al potencial que toda persona tiene de definir su propia vida. Este poder conlleva el reconocimiento de las necesidades e intereses propios, y comprender que somos capaces de actuar sobre las circunstancias y alcanzar nuestros objetivos. Podemos cambiar por dentro y también influir en nuestro entorno.

Ambos tipos de poderes resultan fundamentales para nuestro proceso de cambio.

Sabernos poderosas desde dentro y hacia fuera, con capacidad de incidir, de avanzar, de lograr, de decidir quién queremos ser y cómo queremos vivir y de transformar este mundo en un lugar más humano y menos malo.

En síntesis, Decir no supone defender los derechos propios desde el respeto, sin vulnerar los de las otras personas y sin dejar que vulneren los nuestros. Por este motivo, por su importancia, aprender a hacerlo puede convertirse en el primer paso hacia la adquisición de nuestra autonomía.

Es esta autonomía la que nos puede llevar a una nueva identidad como sujeta que nos conferirá poder, autogestión y agencia propia, así como la posibilidad de resignificar nuestro pasado, nuestro presente  y el devenir a un cambio en el futuro de la percepción y valoración  de las mujeres en todas las sociedades.

 

Referencias:

  • Empoderamiento de las mujeres: conceptualización y estrategias. Clara Murguialday Martínez (2006)
  • Libro: Tácticas de coaching para mujeres. Cómo afrontar los desafíos cotidianos. Autora: Conchita Rodríguez Franco. Editorial Síntesis S.A. (Madrid)
  • Libro: Revolución desde dentro. Autora: Gloria Steinem. Editorial Anagrama (1992)

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