El 11 de febrero es el día internacional de la mujer y de la niña en la ciencia. Un día para visibilizar y denunciar la situación de la mujer en la ciencia que nos afecta a todas las personas. Según la UNESCO menos del 30% de las personas dedicadas a la investigación científica son mujeres. En el reportaje interactivo “Women in Science” puedes ver con detalle los porcentajes por país.

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Porcentaje de mujeres científicas en el mundo. Gráfico sacado de UNESCO http://uis.unesco.org/sites/default/files/documents/fs43-women-in-science-2017-en.pdf

 

Las científicas no solo continúan subrepresentadas en la investigación y el desarrollo en todas las regiones del mundo, sino que no les dejan publicar investigaciones, cobran menos y no progresan en sus carreras como los hombres debido al techo de cristal.

¿Por qué no hay más mujeres científicas?

En realidad esa no es la pregunta. No es culpa de las mujeres, no es que no quieran dedicarse a ello, porque ahora hay más mujeres que nunca estudiando carreras científicas y en algunas disciplinas, hay más mujeres que hombres. La verdadera pregunta es: ¿Qué pasa con todas esas mujeres que estudian? ¿Por qué no continúan sus carreras?

Algunos estudios apuntan que se debe al deseo que tienen algunas mujeres de ser madres. El ámbito científico está lleno de trabajos de corta duración con poca estabilidad y seguridad por lo que muchas mujeres se ven obligadas a decidir entre tener una familia o seguir con su trabajo. No obstante, el hecho de querer tener una familia no debería ser motivo para tener que abandonar un trabajo puesto que los hombres no tienen que enfrentarse a esa situación.

Según un estudio publicado en SAGE, las personas que se dedican a la ciencia tienen parejas con diferentes empleos dependiendo de su sexo. En el caso de los hombres, tienden a tener parejas que se quedan en casa cuidando de la familia, mientras que las mujeres científicas suelen tener parejas que están en el mismo mundo laboral. Por lo que al cobrar menos y por miedo a sufrir penalizaciones en el salario o el horario, deciden ser ellas las que dejen su trabajo para poder formar una familia.

Pero este no es el único motivo por el que hay menos mujeres científicas, claramente el mundo laboral en la ciencia es sexista. Un ejemplo de ello es este estudio que afirma que a la hora de buscar personas que trabajen en puestos científicos se tiende a desconfiar si el currículum es de una mujer porque piensan que son menos competentes, por lo tanto, no las contratan.

La importancia de las mujeres en la ciencia

No sólo reivindicamos la necesidad e importancia de las mujeres en la ciencia porque queremos igualdad de condiciones sino porque son clave en nuestra seguridad y en el avance del conocimiento. Una ciencia y tecnología dominada por hombres provocó, entre otros desastres y fallos, que las primeras conductoras que probaron el airbag murieran porque no se les ocurrió que los pechos de las mujeres pudiesen desviarlo o que descubrieran y después negaran la existencia de ese gran desconocido como es el clítoris más de seis veces. 

De hecho, por culpa de los científicos sexistas se considera a las mujeres el sexo débil y no es así. La periodista y científica india Saini Angela en su libro Inferior: How Science Got Women Wrong (Inferiores: cómo la ciencia no ha entendido a las mujeres) niega esta afirmación científica: “Los hombres no deberían ser considerados el sexo fuerte. Se les considera cazadores, más rápidos y tienen más fuerza en la mitad superior del cuerpo porque son capaces de aportar más energía a la masa corporal, energía que el cuerpo de las mujeres asigna a la menstruación y al parto.”

Pero la realidad actual y la historia no es como afirma la ciencia pues las mujeres de todo el mundo trabajan igual o más que los hombres debido a que el patriarcado nos obliga a trabajar fuera y dentro de casa. Según Saini Angela, biológicamente, tenemos las mismas capacidades que ellos. Ella quiere crear un nuevo modelo científico que reconozca que los científicos no son infalibles y están tan sujetos a los prejuicios sexistas como en cualquier otra disciplina. Para ello, necesitamos a más mujeres científicas que creen esta nueva ciencia y que les dejen crearla.

Por lo tanto, la desigualdad laboral de la mujer y el sexismo en la ciencia nos afecta a todas las personas porque provoca confusiones, prejuicios erróneos, así como muertes y enfermedades de la mitad de la población y esto afecta al avance del mundo.

Mujeres científicas famosas

A lo largo de la historia muchas mujeres han aportado sus conocimientos y avances pero muy pocas han sido reconocidas o recordadas, incluso algunas han sido borradas de la historia. En este vídeo de las 19 mujeres más destacadas de la historia en ciencia y tecnología se explican algunas de las razones por las que no se han reconocido sus logros:

En esta presentación podemos descubrir mujeres científicas que han cumplido un papel clave a lo largo de la historia. Mujeres que hay que admirar y agradecer por abrir el camino a otras que han ido e irán para hacer de este mundo uno mejor.

Las mujeres ya estudian ciencia ¿Ahora qué?

Hoy en día existen varias campañas, becas y ayudas para que más chicas estudien ciencia y tecnología. Destacamos esta porque no sólo las anima a estudiar sino que demuestra que la educación también es sexista. Ante la pregunta ¿Puedes nombrar a alguna persona inventora? las niñas del vídeo solo mencionan a hombres, pues son los que han sido recordados por la historia escrita por el patriarcado y son los que se enseñan. Os invitamos a vosotras también a reflexionar sobre esa pregunta: ¿Qué mujeres científicas conoces? Os animamos a compartir vuestro conocimiento en los comentarios.

No es suficiente con animar a las niñas a estudiar carreras científicas estos esfuerzos y campañas se desperdician si las mujeres se ven desproporcionadamente desfavorecidas en comparación con los hombres. También se deberían usar esos recursos para crear planes, proyectos y medidas reales que ayuden a que se mejoren e igualen las condiciones laborales para las científicas así como para fomentar que no abandonen sus puestos o carreras debido a la desigualdad de oportunidades.

Es decir, ya hay mujeres que estudian, lo que necesitamos y es vital es que este sistema desigual e injusto cambie debido a que sus laboratorios, procedimientos de contratación, procesos de asignación de subvenciones y normas de publicación son todos sexistas, y esto da como resultado avances científicos y tecnológicos que no son buenos para al menos la mitad de la población. Para que cambie es necesario que mujeres, y sobre todo, hombres, denuncien estas injusticias y no las acepten. Porque si nos dejasen trabajar en igualdad de condiciones, cambiaríamos el mundo.

La Doctora Giraldez, Investigadora Principal en el Departamento de Ciencias Biomédicas Básicas (área de Fisiología) y Subdirectora del Instituto de Tecnologías Biomédicas (ITB) de la Universidad de La Laguna explica su visión personal sobre su realidad como mujer, madre y científica. Ella denuncia estos datos que no son solo números, son situaciones que ha vivido en carne y hueso y por eso anima a que más mujeres y hombres lo hagan visible.