La historia del pueblo gitano es también nuestra historia

11 Abr, 2017Artículos, Feminismos, Videos

El 8 de abril se celebra el Día del Pueblo Gitano, una fecha que las gitanas y gitanos aprovechan para visibilizar las problemáticas que sufren como colectivo. Son problemáticas que tienen que ver con la xenofobia, el racismo, la marginalidad, la discriminación, la invisibilización… la limitación al perdurar dentro de una imagen estereotipada asignada y asimilada durante siglos de exclusión política y social.

Es importante destacar que sus reclamaciones no se realizan desde el victimismo sino que son planteamientos realizados desde la razón y el sentimiento, y deben ser atendidos por todas las personas que conformamos la sociedad, revisándonos a nivel individual y colectivo.

Ya que, hasta que todas las personas, y la sociedad en su conjunto, no dejen de ver a las personas de la comunidad gitana como personas diferentes, como “esas otras u otros”, estereotipada/os dentro de la marginalidad y el folclore, no seremos capaces de vez la pluralidad y rica mezcolanza que la historia nos ha regalado.

Pues la historia del pueblo gitano es también nuestra historia.

Gitanofobia y exclusión social histórica

#YoNoSoyTrapacero #YoNoSoyTrapacera. “Una definición discriminatoria genera discriminación“, dijo la Fundación Secretariado Gitano, creadora de una campaña de sensibilización lanzada hace dos años, el 8 de abril de 2015, día en que se conmemora el Día del Pueblo Gitano.

logo_8_abril-diapueblogitanoEsta acción de sensibilización, que entre otros medios fue visibilizada a través de este vídeo donde hablan las niñas y los niños gitanos, fue realizada por las entidades del Consejo Estatal del Pueblo Gitano en protesta a la publicación de la RAE de la modificación sobre el término “gitano” que anteriormente recogía la definición “que estafa u obra con engaño”, y que actualmente lo cambiaron por el igualmente injusto “trapacero: que con astucias, falsedad y mentiras procura engañar a alguien en un asunto”. Aunque eso sí, admiten que su uso es “ofensivo y discriminatorio”, igual que lo es el uso de “gitanada” comotrapacería: artificio engañoso e ilícito con que se perjudica y defrauda a alguien en alguna compra, venta o cambio”.

Vídeo: Niñas y niños gitanos dicen que no son Trapacera/os

Muy ofensivas y discriminatorias pero ahí están recogidas, en el diccionario de la Real Academia Española, definiendo al gitano y a la gitana, desde una visión desfavorable que no hace sino perpetuar la percepción negativa estereotipada que se pueda tener de la comunidad gitana.

Si al pueblo Romaní, al cual se ha discriminado y marginado, expulsado, perseguido, esclavizado, incluso exterminado, desde hace seis siglos, se les define en el diccionario con un término que invita a la discriminación y ofensa, ¿en qué estima y valoración es posible que les tengamos si expresamos y constatamos los condicionantes negativos incluso en la definición?

La memoria se orienta, se coloca sobre raíles. La historia se cuenta, se impone. Muy pocas veces se pasa por la criba del discurso crítico. Tiene una meta, una ideología. O cuando está desprovista de malas intenciones, es etnocentrista, “gadyì(payo)centrista” por lo tanto errónea.”

 

Sarah Carmona, doctora en historia del arte y arqueología, es vicepresidenta de la Federación de Mujeres Rromà en París, en su estudio sociológico e histórico “Gitanofobia, estereotipos y negación de la identidad en el ámbito académico”.

De hecho, la denominación de “zíngara/o” se cree que proviene del griego y significa “intocable”. Gitano (cigàny) proviene del húngaro szegény y, directamente, significa pobre. En España se tenía la creencia de que provenían de Egipto, así se les llamo “egiptanos”.

Otros idiomas europeos no se quedan cortos en su denominación de la persona romà, asociando a la raíz etimológica significado de por sí acusatorio y denigranteGyp en inglés significa estafa o engaño, y gitana o gitano se dicen… Gypsy, que también se usa para vagabundo. Zigeuner en alemán se ha deducido que proviene de la expresión ziehende Gauner, que significa… ¡oh sorpresa!: ladrón itinerante, y con una Z eran marcados por los nazis en los campos de exterminio.

Así podemos seguir analizando todas las lenguas de Europa. Todas ellas implican en su acepción algo negativo y peyorativo hacia todo un pueblo, homogeneizado en una supuesta criminalidad innata.

En España, el pueblo gitano fue repudiado por primera vez en la época de la centralización estatal del siglo XV en la cual se pretendía homogeneizar todo bajo una misma cultura, lengua y religión. Y claro, dentro de esos términos los gitanos y las gitanas así como las personas judías, o cualquiera que no fuese “ persona cristiana-castellana” encajaban, por lo que eran perseguidas y expulsadas, o incluso asesinadas hasta el exterminio.

Seguro que alguien leyendo esto ya habrá pensado que “si así es como se les define por algo será…” Pero juzgarles así, en base a prejuicios aprendidos, es un error tremendo por seguir el juego de la perpetuación de estereotipos y asumirlos como los reales e identitarios, tal y como ha venido sucediendo con las mujeres, en general, y con demás colectivos marginados y discriminados, a los cuales se tiende a atacar constantemente con el fin de perpetuar las dinámicas de exclusión social. Y en este caso, estaríamos alimentando y haciendo permanecer los prejuicios característicos asignados a las personas de la comunidad gitana.

Invisibilización de la historia de la comunidad gitana

Ahora, si nos ponemos a pensar qué sabemos realmente de las personas gitanas y gitanos, sin tener en cuenta esos condicionantes prejuiciosos que hemos aprendido asociándoles a determinadas maneras de ser, ¿qué sabemos sobre la comunidad gitana?, ¿hemos estudiado algo sobre su historia?… en los libros no aparece nada sobre la historia del pueblo gitano, siendo ésta parte integrante, en tiempo y espacio, de la Historia de la Humanidad.

Este año 2017, en el Día del Pueblo Gitano, la comunidad gitana ha lanzado una excelente campaña que precisamente reclama eso: la visibilización de la historia del pueblo gitano en los libros de historia, tal y como aparece la historia de otros pueblos y culturas del mundo, como parte de una historia global.

Samuel es un niño gitano de 10 años que, mientras hace los deberes, se pregunta por la ausencia de la historia y la cultura del pueblo gitano en sus libros escolares, una cuestión para la que no encuentra respuesta, por lo que acaba dirigiéndose al Ministerio de Educación.” Campaña de visibilización de la historia del pueblo gitano: “La pregunta de Samuel: ¿Por qué la historia y la cultura del pueblo gitano no aparecen en los libros escolares?”

Parece increíble pero es cierto que no se habla del pueblo gitano como parte de la historia en ninguno de los libros de historia que se estudian a diferentes edades dentro del sistema educativo español, y si lo hace es de forma colateral, como de soslayo y sin ser empática con su realidad.

En gran parte, es por esto mismo que nuestra percepción y conocimiento son incompletos y han sido sesgados una vez más para que pensemos, sintamos y actuemos hacia toda una comunidad en base a lo que otras personas, con ninguna buena intención, decidieron en el pasado en base a leyes persecutorias, injustas e inhumanas.

La historia, la política y las ciencias sociales escritas desde esas perspectivas gadyìcentristas han dado forma a una imagen del Pueblo Gitano que no es la adecuada.

 

Sarah Carmona, doctora en historia del arte y arqueología, es vicepresidenta de la Federación de Mujeres Rromà en París, en su estudio sociológico e histórico “Gitanofobia, estereotipos y negación de la identidad en el ámbito académico”.

Así, todos estos siglos de invisibilización y de exclusión social han creado un imaginario colectivo que no entiende otro modelo de ser persona gitana si no es desde la marginalidad o desde el folclore. Para muchas personas sigue siendo difícil imaginar al colectivo gitano realizando cualquier profesión cotidiana. Además, a través de los medios de comunicación y de las opiniones racistas de la gente paya, se fomenta el ideario de delincuencia como si fuese la verdadera identidad de este pueblo.

Es por eso, que lo primero que debemos entender es que, la situación de criminalización del pueblo gitano es más una consecuencia de toda una historia de discriminación, de desprecio y aislamiento, de negación de posibilidades, de privación de acceso a los recursos y a la riqueza, que la causa de su exclusión.

El pueblo gitano fue excluido y excluido ha quedado y sigue, y dentro de esa dinámica de exclusión social, en muchos caso de extrema pobreza, han sobrevivido. Pero están realizando sus propias trasformaciones a pesar que no sean evidenciadas.

No hay que confundir la marginalidad con la cultura romaní… el reto de las personas gitanas es despojarse de la pobreza y la marginación y recuperar una historia y una cultura propia, basada en el gran sentido de la familia, la comunidad y el respeto a las personas mayores

 

Juan José Bustamante, el primer gitano que prepara las oposiciones para juez

Muchas veces las personas gitanas quieren integrarse y no les dejamos porque estamos llenas de prejuicios y no queremos ver la persona que hay detrás, con su propia y única historia de vida. Ejemplos de nuestra gitanofobia social son por ejemplo, que si una mujer gitana aspira al mismo puesto que una mujer paya se lo van a dar a la paya, lo más seguro. Lo mismo pasa si desean alquilar una vivienda, que surgen más reticencias, desconfianzas y dificultades que alegrías.

Reconocer que la sociedad sigue siendo racista y xenófoba con la comunidad gitana supone un gran avance para todas las personas, payas y gitanas, porque debemos comprender y respetar los aspectos que nos unen y nos hacen iguales como personas, entendiendo la diversidad como un valor y no como un conflicto o problema, así en vez de fijarnos y destacar aquellas que nos hacen diferentes seremos capaces de ver los valores positivos que nos unen en una misma comunidad y sociedad que comparte también toda una Historia.

 

Vídeo: Sarah Carmona habla sobre los estereotipos y discriminación histórica de la comunidad gitana