
El efecto de los colores en nuestro apetito
¿Quién no ha sentido ganas de comer un helado de chocolate cuando lo ve en un anuncio en televisión? La vista es un potente estimulante del apetito, incluso puede anular todas las demás señales de saciedad. El 80% de la impresión de una comida se realiza mediante la vista.
Para ilustrar este tipo de hambre, Chozen Bays en el libro “Comer Atentos” pone el ejemplo del carrito de los postres, aquella situación que todas hemos vivido alguna vez en un buen restaurante. Después de haber acabado de comer dos excelentes platos, estamos llenas y decidimos acabar nuestra comida cuando, de repente, el camarero llega con el carrito de los postres lleno de tartas y pasteles increíbles. Es inútil, no podemos resistirnos y pedimos una porción de un delicioso postre.
Esa es el hambre visual. La vista puede convencer a la mente para que se olvide de los mensajes del estómago y del cuerpo, incluso cuando realmente se está a punto de reventar. Y eso no es alimentarse de forma consciente y saludable para nuestro cuerpo y nuestra mente.

Cómo la publicidad utiliza el color para engañarnos
Esta es el tipo de hambre más explotada por la publicidad. Los publicistas y la industria alimentaria conocen muy bien lo que significa comer con los ojos y lo utilizan como marketing presentando maravillosos anuncios de comidas en revistas, carteles y en la televisión. Hay fotógrafos cuya especialidad es la comida con el fin de maximizar su seducción a través del portal ocular.
¿Eres consciente del Photoshop y el maquillaje usado en las fotos de comida? ¿De cómo se expone la comida en los supermercados, en un bar, en un restaurante? ¿De cuánto afecta el color de los alimentos a la hora de decidir qué comer y cuánto comer?
El color es a menudo el primer elemento que las personas observan en cualquier producto alimenticio. Por lo tanto, el color predetermina el sabor y la calidad de los alimentos que comemos independientemente de la realidad ya que antes siquiera de que las papilas adquieran el sentido del gusto a través del alimento, ya se han enviado señales al cerebro para interpretar el sabor a través de los ojos.
Por esa razón las empresas de marketing utilizan la psicología del color y dedican mucho tiempo a elegir los colores correctos al diseñar sus productos. Hay que recordar que los efectos en la percepción de los colores influyen de formas diferentes según las personas y según algunos factores como el género, la edad y la cultura. Aun así, se puede realizar una categorización de colores que reducen y que aumentan el apetito.
Colores que reducen el apetito
Los colores que reducen el apetito, son los que tienen una relativa ausencia en la naturaleza o que se pueden asociar a alimentos en mal estado o quemados. Esto provoca que no haya una respuesta automática hacia el apetito.

La industria alimentaria no usa estos colores que son:
- Azul. Aparte de los arándanos, no es fácil encontrar el azul como color natural. Muchas dietas milagro que tienen como objetivo la pérdida de peso sugiere el uso de platos azules para comer porque se come menos comida debido a la naturaleza del color. El uso de luces azules en los comedores es utilizado para un menor consumo de alimentos.
- Gris. Generalmente aleja a las personas de la comida debido a que lo asocian con el moho o alimentos en mal estado en general. En realidad, muchos alimentos procesados son grises, pero se les suele agregar color para compensar la pérdida de color que resulta de la exposición de los alimentos a la luz, el aire y otras condiciones.
- Negro. Se utiliza para hacer que el apetito de una persona disminuya. Aunque puede ser un color elegante para vestir, a la hora de comer puede trasmitir que el alimento está en mal estado o quemado.
- Marrón. Es otro color oscuro que tiende a hacer que las personas no sientan mucha hambre. Recuerda los alimentos que se han quemado en exceso. Aunque en el marketing se usa este color en los envoltorios para asociar los productos con la ecología o lo natural. Pero realmente hay muchos alimentos saludables de este color como las
Colores que dan hambre
Son los que más se encuentran en la naturaleza y que usan las industrias alimenticias y de marketing para vender alimentos

- Verde. Es un color que se asocia con lo saludable. Las ensaladas están llenas de alimentos verdes y las verduras que son tan importantes para la salud, son verdes en su mayoría.
- Naranja. Estimula el cerebro, lo que aumenta la actividad mental y a menudo provoca una sensación de hambre. Muchos alimentos saludables son de color naranja; calabaza, zanahorias, naranjas y calabazas, por nombrar sólo algunos. El naranja es un color que hace que la gente se sienta bienvenida y a gusto, lo que invita a comer.
- Rojo y amarillo. Al ser colores considerados cálidos, aumentan la presión arterial, la frecuencia cardíaca y hacen que el hambre sea más frecuente. Es por eso que la mayoría de las cadenas de comidas basura tienen un logo de color rojo o amarillo que usan en sus productos. De hecho, la combinación de ambos colores nos da la sensación de más hambre y esto se llama el efecto “mostaza y ketchup”.
- Blanco. La mayoría de los restaurantes usan platos de colores claros ya que hacen que la comida se vea más fresca y apetitosa en el contraste de colores. Por otro lado, este color se asocia con la inocencia, limpieza y la pureza. Esto hace que el cerebro se despreocupe ya que el color no le llama la atención y puede provocar comer sin atención y en exceso.
Usa la psicología de los colores a tu favor
Conocer cómo funciona el hambre visual es importante para que puedas utilizarla a tu favor al fin de comer de forma consciente y saludable. Como nos enseña se puede satisfacer este tipo de hambre creando y/o comiendo platos atractivos saludables, decorándolos, cocinando con mimo y cariño; cuidando los detalles de cómo se pone la mesa, se prepara el plato; saboreando, degustando como si fuera la primera vez que se come un alimento

Como hemos visto la mirada puede convencer a la mente de que tiene hambre de lo que se está viendo y en la cantidad que se ve.
Uno de los trucos que nos enseña la Alimentación Consciente para engañar el hambre visual y frenar nuestro impulso de comer, es comer en platos pequeños (eso da la impresión de que se come más), crear platos atractivos saludables, decorándolos, cocinando con mimo y cariño. Es importante también cuidar los detalles, presentar bien los platos como en un restaurante y utilizar la mayor variedad de colores en las comidas.
La belleza alimenta la mirada y el corazón por lo tanto influye en la elección de los alimentos.
Es importante, pero no olvidarse de distinguir una vez más entre hambre y sensaciones: ¿es realmente hambre la que se tiene o necesidad de belleza?
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