¿Y si les dejamos vivir como personas con sus derechos?

17 Nov, 2016Artículos, Feminismos, Videos

¿Cuántas niñas y niños viven en situación de necesidad? ¿Cuántas niñas y niños son explotados sexualmente? ¿Cuántas niñas y niños son usados para realizar trabajos? ¿Cuántos niños y niñas sufren directamente la guerra como actores y receptores de dicha violencia? ¿Cuántas niñas y niños tienen su infancia robada? ¿Cuántas niñas y niños no pueden tener un desarrollo adecuado por incumplimiento de sus derechos? ¿Cuántas personas menores viven desprotegidas sin acceso a vivienda, alimento, sanidad, educación? ¿Cuántos son maltratados y/o viven malos tratos en sus casas?… ¿Y si les dejamos vivir como personas con sus derechos?

El sistema capitalista basado en las desigualdades y la explotación de los recursos sin tener en cuenta ni a las personas ni a la Tierra, junto con el sistema patriarcal que se sustenta en la más absoluta expresión de la violencia, forman el contexto actual causante de la vulneración de los derechos de las niñas y niños en todo el planeta.

Nuestra reivindicación por un mundo más justo y más amable es especialmente sensible y comprometida cuando hablamos de un colectivo tan vulnerable. No solo debemos luchar por las niñas y los niños por considerarlos como nuestro mejor recurso, nuestro futuro sustento como sociedad. Debemos luchar por ellos porque son personas de pleno derecho y merecen ser respetadas, protegidas, preguntadas y escuchadas.

Luchemos entonces para que todos y todas las niñas en el mundo puedan tener un desarrollo pleno, sano y feliz, y puedan vivir como las personas con derechos que son.

 

Los derechos de la Infancia

El 20 de noviembre es el día que las organizaciones mundiales más importantes señalan como el Día Internacional del Niño (y de la Niña). Se utiliza este día ya que coincide con el de la Convención de 1989 donde se recogieron todos los Derechos de la Infancia.

  • Derecho a la vida.
  • Derecho al juego.
  • Derecho a ofrecer sus opiniones.
  • Derecho a tener una familia.
  • Derecho a la salud.
  • Derecho a la protección contra el trabajo infantil.
  • Derecho a un nombre y una nacionalidad.
  • Derecho a la alimentación y la nutrición.
  • Derecho a vivir en armonía.
  • Derecho a la educación.

Aunque muchos países han reconocido y trabajan para la consecución de estos derechos no son una realidad en gran parte del mundo. Todavía existen lugares donde, por ejemplo, ser menor y además ser niña supone un riesgo de muerte. Lugares donde casi 66 millones de niños y niñas en edad escolar asisten a clase con hambre. O países donde las guerras de adultos generan miles de niños soldados y miles de niñas explotadas sexualmente.

Además, en el ámbito privado del hogar, existen violencias que están culturalmente naturalizadas, basadas en la relación de poder y propiedad de las personas adultas hacia las menores, donde los malos tratos y la sobre-exigencia son considerados como “educativos”.

Por no hablar de las niñas y niños que conviven diariamente con sus maltratadores, o viven los malos tratos hacia otras personas queridas, lo cual les va a dejar marcados de por vida. Sólo en España, por ejemplo, más de 200.000 menores (que se sepa ya que se estima que son 800.000) viven expuestos a la violencia de género… y sólo se da atención especializada a un 4%, según datos oficiales.

Vídeo: Niños y niñas víctimas de violencia de género, Fundación IReS, Save the Children, Ministerio de Igualdad.

Este día del niño y la niña, que trata de conmemorar los derechos de la infancia, se celebra en sinergia con el Día mundial para la Prevención del Abuso Infantil, que se celebra el 19 de noviembre.

Los abusos y la explotación a los niños, niñas y adolescentes son un problema alarmante que no distingue país, raza, cultura o condición social, por tal motivo se ha hecho cada vez más indispensable pronunciarse frente a este tema y tomar las medidas que sean necesarias a nivel familiar, local, nacional o internacional.”

aldeasinfantiles.org

Porque, mientras estas atrocidades sigan existiendo, y las personas adultas seamos los ejecutores o cómplices, no tendremos nada que celebrar un 19 ni 20 de noviembre y sí mucho por lo que luchar y reivindicar.

 

Conflictos armados: las niñas y los niños sus víctimas

En este momento, mientras escribo y lees estas palabras cientos, miles de niñas y niños están inmersos dentro de un conflicto armado. Las bombas que caen son los sonidos que recordarán de su infancia. La muerte, las armas y la violencia serán las herramientas con las que tendrán que construirse como personas adultas.

Los grupos armados se nutren de las niñas y niños para hacer la guerra, pues son fáciles y accesibles como las armas ligeras y porque en medio del caos no hay nadie que vele por su seguridad, nadie que luche por sus derechos. Son niñas y niños robados de sus familias que nunca más volverán a ser las mismas personas, una vez corrompidas por las mayores atrocidades.

Las instituciones miran para otro lado y las organizaciones no gubernamentales están tan desbordadas que son incapaces de hacer frente a todo este terror. Según los informes de Health and Human Rights, en conflictos armados, en la última década, ha aumentado el número de niños explotados como soldados y de niñas explotadas sexualmente.

El trauma físico y emocional con el que estas personas tendrán que enfrentarse a la vida es brutal. Necesitan de toda la ayuda que les podamos proporcionar, de toda la estabilidad y afecto que estamos moralmente obligados a ofrecer. 

Vídeo: ¡NO más niños soldado!, Amnistía Internacional

 

Las niñas son un colectivo doblemente vulnerable

Tristemente sabemos que dependiendo de dónde te toque nacer tendrás más o menos posibilidades de que tus derechos sean más o menos vulnerados. Puede que ni siquiera tengas tus derechos humanos reconocidos.

Es evidente, que la fuerza del patriarcado no sigue siendo la misma en todos los rincones del mundo, pero sigue siendo evidente que, cuando las niñas nacemos estamos ya expuestas a sufrir toda una serie de violencias sexistas ejecutadas por la sociedad patriarcal que nos toque vivir.

Por ejemplo, no es lo mismo nacer en Europa, donde te enfrentarás a unos altísimos índices de violencia simbólica, que nacer en India, donde a los 8 o 9 años te venderán para contraer un matrimonio forzado. Desde luego tampoco es igual que nacer en Malí, región en la que torturan de por vida a la niña con la mutilación genital femenina.

Hay incluso regiones del mundo donde los derechos de las niñas ni siquiera pueden aparecer ya que se da la terrible práctica del infanticidio femenino, es decir, exterminar sistemáticamente a las bebés por el rechazo al género femenino.

 

Da igual que nos centremos en las regiones más ricas o más pobres del mundo, en todas las sociedades del mundo existe un doble riesgo si eres menor y además eres mujer. Las niñas se enfrentan a problemas como la temprana sexualización de sus cuerpos, la cosificación, la mutilación, los abusos sexuales, pederastia, trata de personas…

Un estudio de Save the Children señala que el porcentaje de abuso sexual de niñas se sitúa entre el 78 y 89%. Otro estudio concluye que en todo el mundo una de cada cinco mujeres afirma haber sufrido abusos sexuales en su infancia, frente a uno de cada 10 hombres. Así, se puede decir que las víctimas de abuso sexual infantil son en su mayoría niñas.

 

Queda todo por hacer

Ojalá no fuese necesario seguir haciendo reivindicaciones, pero todavía hoy millones de niñas y niños son despojados de sus derechos más básicos. Nos gustaría hablar del 20 de noviembre como la conmemoración del día en que se cumplen todos los derechos de las niñas y los niños en el mundo, pero no es posible.

Y no será posible mientras la violencia de las personas adultas siga obviando y afectando al colectivo más vulnerable de nuestra sociedad. Las niñas y niños sufren todas las discriminaciones posibles y además no se les pregunta ni se les escucha.

Si los niños y las niñas son el futuro, deberíamos luchar por construirlo mejor para ellos y con ellos. Pero sobre todo, debemos luchar porque son personas desde el mismo momento en que nacen, y lo hacen con derechos como personas que son.

Afortunadamente, existen personas (casi siempre anónimas) que luchan cada día para que todas las niñas y los niños vivan en un lugar mejor. Nuestra conmemoración de este día es además por todas ellas. Gracias por seguir luchando.

 

Referencias:

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