Glosario feminista

- Letra M -

Machismo:

El machismo es una expresión derivada de la palabra macho, definido como aquella actitud o manera de pensar de quien sostiene que el varón es por naturaleza superior a la mujer.

Es la creencia de que el hombre es superior a la mujer y, por tanto, la mujer debe estar siempre supeditada al hombre. Victoria Sau, activista y política feminista, afirmaba que “el machismo lo constituyen aquellos actos, físicos o verbales, por medio de los cuales se manifiesta de forma vulgar y poco apropiada el sexismo subyacente en la estructura social”.

El machismo es una ideología que engloba el conjunto de actitudes, conductas, prácticas sociales y creencias destinadas a promover la negación de la mujer como sujeto indiferentemente de la cultura, tradición, folclore o contexto. Para referirse a tal negación del sujeto, existen distintas variantes que dependen del ámbito que se refiera, algunos son familiares (estructuras familiares patriarcales, es decir dominación masculina), sexuales (promoción de la inferioridad de la sexualidad femenina como sujeto pasivo o negación del deseo femenino), económicas (infravaloración de la actividad laboral, trabajadoras de segunda fila), legislativas (no representación de la mujer en las leyes y por tanto, no legitimación de su condición de ciudadanas, leyes que no promuevan la protección de la mujer ni sus necesidades), intelectuales (inferioridad en inteligencia, en capacidad matemática, en capacidad objetiva, en lógica, en análisis y tratada como astucia, maldad, subjetiva, poco coeficiente intelectual), anatómicas (poca importancia al parto, poco papel en la reproductividad biológica), lingüísticas (no representación de la mujer en el lenguaje), históricas (ocultación de mujeres importantes dentro de la historia de la humanidad), culturales (representación de la mujer en los medios de comunicación como un cuerpo haciendo de ella misma un objeto en vez de un ser humano, es decir, cosificación), académicas (poca importancia a estudios de género, no reconocimiento de la importancia del tocado feminismo), entre otras.

Algunos críticos consideran también machismo la discriminación contra otros grupos sociales, como en el caso de varones homosexuales, como no “masculino”. Esto podría considerarse como una actitud misógina ya que implica un rechazo de todo aquello que no sea lo considerado masculino.

Una definición de algunos movimientos feministas lo define como “el conjunto de actitudes y prácticas aprendidas sexistas llevadas a cabo en pro del mantenimiento de órdenes sociales en que las mujeres son sometidas o discriminadas“. Se considera el machismo como causante principal de comportamientos heterosexistas u homofóbicos. Aquella conducta permea distintos niveles de la sociedad desde la niñez temprana hasta la adultez con iniciaciones de fraternidades y otras presiones de los llamados grupos.

 

Machismo internalizado:

Relativo a las mujeres u hombres aliados que, habiendo sido educados y socializados en culturas machistas, perpetúan o adquieren ciertos valores, mensajes y actitudes típicas del machismo. Por ejemplo, cuando la primera idea que le viene a la mente a una mujer al ver a otra mujer en minifalda es “menuda fresca” o cuando perpetúa el estereotipo de la rivalidad femenina.

 

Maltrato:

Comportamiento violento que causa daño físico, psicológico y/o emocional. Violencia ejercida contra otra persona, ya sea de forma simbólica, verbal, psicológica, física, o económica.

 

Maltrato animal:

El maltrato animal comprende comportamientos que causan dolor innecesario o estrés al animal. Los mismos van desde la negligencia en los cuidados básicos hasta el asesinato malicioso. Existen dos tipos de crueldad animal, el maltrato directo, que consta de la falta intencional en proporcionar los cuidados básicos, la tortura, la mutilación o el asesinato de un animal, y el maltrato indirecto, que es cuando eres testigo o apoyas el maltrato o tortura de algún animal y no haces nada para impedirlo. Este abuso innecesario se ha convertido en un problema social de gran dimensión.

 

Maltrato emocional:

El maltrato emocional o psicológico se da en aquellas situaciones en las que las personas significativas de quienes depende la otra persona, descalifican, humillan, discriminan, someten su voluntad o subordinan en distintos aspectos de la existencia que inciden en su dignidad, autoestima e integridad psíquica y moral. Ejemplos de maltrato emocional son el abandono emocional, la falta de empatía, la descalificación, la violencia verbal, los insultos, las amenazas, el control excesivo, la extorsión afectiva, la culpabilización, la presión económica, los sarcasmos, la coerción, las críticas destructivas, el desprestigio de los vínculos del sujeto (descalificación de sus amistades, familiares o pareja), el aislamiento emocional, las burlas y cualquier tipo de castigo que no sea físico. Las consecuencias pueden ser sentimientos de humillación, vergüenza o culpa, depresión, baja autoestima, inestabilidad del sueño con pesadillas, automutilación, extrema dependencia afectiva, anorexia, bulimia y drogodependencia. Se puede llegar incluso a intentos de suicidio.

 

Maltrato infantil:

Se denomina maltrato infantil o abuso infantil a cualquier acción (física, sexual o emocional) u omisión no accidental en el trato hacia un menor, por parte de sus padres o apoderados, que le ocasiona daño físico o psicológico y que amenaza su desarrollo tanto físico como psicológico. Se distinguen cinco tipos básicos de maltrato infantil: abuso físico, abuso sexual, maltrato emocional, abandono físico, abandono emocional.

 

Mansplaining:

Expresión inglesa que describe la situación en la que un hombre, con actitud paternalista o condescendiente, le explica algo a una mujer asumiendo que los conocimientos que ella tiene sobre ese tema son inferiores o no son válidos, lo cual implica un menosprecio y presunción de inferioridad en la capacidad de comprensión. Se diferencia de otras muchas formas de condescendencia al estar específicamente ligado al género y basado en suposiciones sexistas que dan por sentado que los hombres son habitualmente más cultos o más inteligentes que las mujeres. Además, se caracteriza por que el hombre adoctrina a la mujer acerca de conocimientos, sentimientos y/o pensamientos que ella supuestamente debería tener, sin tener el hombre experiencia vital directa en lo que está explicando y sin tener en cuenta que la mujer puede que tenga más experiencia y conocimientos sobre el tema que él. Este concepto también incluye situaciones en las que un hombre monopoliza la conversación con el único propósito de jactarse y aparentar ser más culto que la mujer que escucha.

El mansplaining produce como resultado que las opiniones emitidas por una mujer (sea del público general como profesionales o expertas en algún área) son sistemáticamente infravaloradas o necesitadas del respaldo de un varón para ser validadas. Éste hecho es un síntoma de un comportamiento muy extendido que disuade a las mujeres de manifestarse públicamente o de ser escuchadas cuando se atreven a hacerlo; este comportamiento condena a las mujeres al silencio ya que concluyen que éste no es su mundo. Nos acostumbra a las mujeres al cuestionamiento y la limitación a la vez que fomenta el exceso de injustificada confianza masculina.

 

Manspreading:

Expresión inglesa que describe una práctica realizada por algunos hombres en el espacio público que consiste en abrirse de piernas ocupando más espacio del que les corresponde en comparación al que ocupan otras personas, en concreto, las mujeres.

 

Manterrupting:

Expresión inglesa que define las interrupciones innecesarias por parte de un hombre a una mujer en medio de una explicación o discurso que ella esté haciendo. Normalmente, viene seguido del mansplaining.

 

Masculinidad:

Desde los estudios con perspectiva de género, se ha señalado que la masculinidad es la construcción cultural de género que designa el rol de los varones en las sociedades patriarcales. Es tanto así, que es la cualidad atribuida socialmente a los hombres la cual incluye atributos que se consideran inherentes o exclusivos de su género: fuerza, iniciativa, autoridad, independencia, competitividad, virilidad, seguridad, valentía, asertividad, etc. Es una manifestación cultural que varía en función de la ubicación y el contexto, y, en consecuencia, resulta cambiante y modificable.

A lo largo de la historia, y todavía hoy día, los varones han experimentado una gran presión social para responder a las expectativas culturales de masculinidad, a través de comportamientos asociados a esos atributos. Como consecuencia, los varones siguen desarrollando conductas que limitan su propio desarrollo humano, al tiempo que reproducen injustas estructuras de discriminación y violencia hacia las mujeres, pero también hacia niñas y niños, animales, y hacia otros hombres.

 

Medicalización:

Se llama medicalización al proceso cuyo objetivo es mostrar como problemas de salud, por tanto, susceptibles de tratamiento, a características biológicas o a eventos vitales que, en realidad, no lo son. De este modo, son tratados por médicos y otros profesionales de la salud. El proceso de medicalización normalmente conlleva cambios en las actitudes sociales y terminología, y puede estar acompañado o conducido por la disponibilidad de nuevos tratamientos.

 

Micromachismo:

Término que describe todas aquellas acciones de carácter machista cotidianas, sutiles e incluso inconscientes que están normalizadas en la sociedad. Algunos ejemplos de micromachismo serían que un camarero le dé la cuenta instintivamente al hombre, que alguien perteneciente al servicio técnico explique sus servicios al hombre asumiendo que la mujer no entiende de qué está hablando o que en un ambiente laboral el jefe utilice apelativos “cariñosos” solo con las mujeres.

 

Mirada masculina:

Concepto introducido por Laura Mulvey aplicado al cine que explica que en la mayoría de las plataformas audiovisuales la mujer termina convertida en objeto ya que son los hombres heterosexuales los que tienen el control de las producciones visuales. El concepto de la mirada masculina ha sido aplicado a la literatura, el cine, la música y la publicidad y se da cuando la única perspectiva es la del hombre heterosexual.

 

Misandria:

Es un término que hace referencia al odio o aversión hacia los varones o la tendencia ideológica o psicológica que consiste en despreciar al varón como sexo y con ello todo lo considerado como masculino. Se la considera como el homólogo sexista de la misoginia, y no debe confundirse con el término androfobia, que significa miedo a los hombres. La misandria consiste principalmente en el pensamiento de que la mujer rechaza el trato con los varones, por considerarlos nocivos, tóxicos, inútiles o, simplemente, prescindibles, no ser partidaria del predominio de la mujer sobre el varón. El varón, y como consecuencia la concepción y la familia, son consideradas como aberrantes y rechazables si involucran la presencia de un varón.

 

Misoginia:

Odio y desprecio hacia las mujeres y, por extensión, todo lo que esté asociado con estereotipos tradicionalmente femeninos.

El término procede del griego (‘miseo’: ‘odiar’ y ‘gyne’: mujer’). En los mitos de la antigüedad y en las religiones ya se asociaba a las mujeres con el mal y se las consideraba como hombres incompletos. La misoginia se ha construido a través de los siglos como una ideología reforzada por las posiciones extremas de un gran número de intelectuales, artistas, legisladores etc. y conlleva actitudes de odio y desprecio hacia las mujeres, a las que se considera claramente inferiores y portadoras de negatividad. Un ejemplo son las palabras de Aristóteles: “La hembra es hembra en virtud de cierta falta de cualidades“.

 

Movimiento feminista:

El feminismo es una forma de pensar y una manera de vivir“, decía Simone de Beauvoir. El movimiento feminista está integrado por mujeres feministas organizadas en torno a diversos colectivos, plataformas, asambleas y asociaciones de mujeres que tienen en común la conciencia de grupo oprimido por la ideología patriarcal. Tiene un carácter social, político, filosófico y reivindicativo que preconiza la igualdad de derechos de mujeres y hombres y la libertad para elegir el modelo de vida que desean seguir, más allá de estereotipos y roles sexistas que asignan a mujeres y hombres comportamientos, deseos y realidades.

A lo largo de la historia siempre han existido mujeres con una clara conciencia de las desigualdades a las que estaban sometidas por el simple hecho de ser mujeres. Pero es en torno al año 1788 cuando empieza a existir un movimiento organizado. En este año aparece “Cuadernos de quejas”, escritos por mujeres que quieren cambiar aspectos de la sociedad. En 1791 se publica Los Derechos de la Mujer y de la Ciudadanía, de Olympia de Gouges en el que se pide la abolición del matrimonio y su sustitución por un “contrato social” entre mujeres y hombres y la paridad de derechos. Desde este momento se suceden las reivindicaciones de todo tipo. En 1792 se publica Vindicación de los derechos de la mujer, de Mary Vollstonecraft, reivindicando el derecho al trabajo, a la educación, a la emancipación económica, a la paridad de modales. La “Declaración de Sentimientos”, de Séneca Falls, firmada por 68 mujeres y 32 hombres, se pronunciaba por la igualdad de derechos sobre la propiedad, de salario en el trabajo, de derecho sobre la custodia de las hijas e hijos, para suscribir contratos y para votar. La reivindicación de las mujeres por el derecho al voto, principio básico en cualquier sociedad democrática, abarca desde el siglo XIX hasta bien entrado el siglo XX. Durante este período, miles de mujeres en Europa y América utilizaron su imaginación, su voluntad, sus fuerzas y a veces su vida para conquistar un derecho que ahora se considera fundamental, el derecho a elegir libremente a las personas que representan sus intereses.

El movimiento feminista actual es heredero de todas estas mujeres y de muchas otras que en todo el mundo luchan, ahora mismo, por una sociedad más justa, para mujeres y hombres. En España, los orígenes se remontan a 1960, en torno a reivindicaciones bien concretas: el derecho al divorcio, la supresión de la pena de adulterio, los centros de planificación familiar, las discriminaciones salariales, etc. Con el lema de “1o personal es político”, se forman grupos de reflexión en torno a temas de la vida cotidiana con gran carácter ideológico, las relaciones personales, la sexualidad, igualdad legal, etc. En la actualidad no puede hablarse de un sólo movimiento feminista, sino de la suma de diferentes corrientes y tendencias que abordan desde diversas perspectivas su lucha por una sociedad en equidad.

 

Movimiento LGTB:

El Movimiento de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (en algunos países se incluyen ya otras letras, como la Q, de ‘queer’; la I, de ‘intersexual’; e incluso otra ‘T’, de travesti) es el movimiento social y político que busca conseguir la igualdad social y la equiparación de derechos para personas históricamente discriminadas por su condición sexual.

El Movimiento LGTBQI+ bebe ideológicamente de la teoría y de la práctica feminista, en cuanto que fue necesario teorizar la separación entre sexualidad y procreación, así como la crítica a la familia patriarcal, para que pudieran pensarse los derechos de todas las personas, independientemente de su identidad sexual.