Cómo practicar la meditación en la naturaleza
Os invitamos a meditar con este artículo sobre Cómo practicar la meditación en la naturaleza donde os damos claves para disfrutar de la vida silvestre tanto fauna como flora siempre desde el respeto para conseguir la calma de la meditación.
En esta sociedad tan ajetreada, dónde el ritmo de vida es tan rápido, dónde constantemente vamos de un lado para otro, sin pararnos a pensar en lo que estamos haciendo, en lo que necesitamos, en este mundo lleno de prisa, ¿no os resultaría tentador poder escapar a un bosque, encontrar refugios de vidas silvestres que nos inviten a conectar con la naturaleza? Quizás en una alta montaña donde podamos respirar aire fresco, una playa donde podamos acariciar la tierra con nuestros pies, o cualquier otro lugar que nos favorezca mantener una conexión con los 5 elementos de la naturaleza: fuego, tierra, agua y aire. Otras fuentes afirman que la madera y el metal también son elementos de la naturaleza.
Lamentablemente, cada vez resulta más difícil esta exploración de la naturaleza, ya que, poco a poco, estamos destruyendo la vitalidad y energía de la Madre Tierra.
Según informa la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) desde el año 1990 se han perdido unas 129 millones de hectáreas. Para hacernos una idea del impacto que conlleva, sería una superficie equivalente a la de Sudáfrica. No obstante, no todo son malas noticias, gracias a las nuevas legislaciones y a la protección de los bosques, la deforestación neta mundial ha disminuido un 50%. Cabe pensar que aún queda un atisbo de esperanza aunque haya mucho trabajo por hacer.
El 3 de marzo, día de la vida Silvestre, se celebran las diferentes formas de fauna y flora que existen pero también se pretende concienciar sobre los beneficios que nos trae conservarlo. Tanto los animales salvajes como las plantas silvestres, contribuyen al desarrollo sostenible del planeta: mediante aspectos ecológicos, culturales, científicos, estéticos o incluso económicos.
Cada año el tema de relevancia va cambiando, siendo siempre la finalidad el poder concienciar a la población sobre diferentes problemáticas que arraigan en la vida Silvestre. Por poneros algún ejemplo, en el año 2016, la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC), el Banco Mundial, la Organización Mundial de Aduanas (OMA), la INTERPOL y la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), lanzaron una campaña para combatir la caza y tráfico ilegal de especies protegidas.
Aprovechando la celebración de este día, nos gustaría transmitiros la idea de disfrutar de la naturaleza a través de la meditación.
Meditación y Naturaleza
Matthieu Ricard explica en su libro El arte de la meditación que la meditación es una práctica que nos ayuda a desarrollar y cultivar cualidades humanas que muchas veces suelen estar poco trabajadas pero que se encuentran en nuestro interior de forma innata.
La etimología de la palabra meditación viene de las palabras tibetanas y sánscritas “bhavana” que significa “cultivar” y “gom” que se traduce como “familiarizarse”. Por lo tanto, el arte de la meditación trata de familiarizarnos con una visión más justa y clara de las cosas.
Javier García Campayo y Marcelo Demarzo nos hablan en su libro Mindfulness: curiosidad y aceptación sobre los beneficios encontrados tras realizar la práctica del Mindfulness en diferentes ámbitos:
Ámbito sanitario
- Reduce el dolor crónico.
- Mejora enfermedades psiquiátricas como la depresión, ansiedad, adicciones, trastornos de conducta alimentaria, trastornos obsesivos o trastornos de personalidad.
- Previene el estrés.
- Desarrolla un mayor bienestar psicológico.
Ámbito educativo
- Aumenta la capacidad de concentración y el rendimiento.
- Mejora las relaciones interpersonales.
- Fomenta un buen ambiente en el aula.
Ámbito laboral
- Aumenta la satisfacción laboral.
- Mejora el ambiente de trabajo.
- Reduce el estrés laboral.
- Mejora la empatía entre las compañeras y compañeros de trabajo.
Si os resulta interesante saber más sobre los beneficios del Mindfulness, os recomendamos el libro de Mindfulness El poder curativo de la meditación dónde se habla sobre la propia capacidad curativa que tenemos como seres humanos.
Cómo practicar la meditación en la naturaleza
Como ya hemos comentado, el ritmo de vida que llevamos, cada vez nos está alejando más de nuestro bienestar físico, psicológico y espiritual. Para poder hacer frente a esta dificultad, se ha creado la meditación en la naturaleza, la meditación guiada Mindfulness, la meditación para el estrés, meditaciones para relajarse, etc.
La meditación en la naturaleza nos permite ser más conscientes de los diferentes estímulos que nos transmite: olores, texturas, sonidos, etc. Gracias a esta forma de meditar podemos establecer una conexión más íntima, más auténtica, con el lugar dónde nos encontramos.
Antes de comenzar con la meditación en un entorno silvestre, podemos pasear por diferentes lugares (ya sea un bosque, la playa, montaña…) y respirar de forma profunda y consciente. Es decir, el primer paso para trabajar la meditación es cultivar nuestra capacidad respiratoria. En el libro Manteniendo presente la respiración podéis encontrar de forma detallada la explicación de cómo respirar durante la meditación, así como los beneficios que trae en nuestra vida.
Mientras caminamos y respiramos con atención plena, nuestra mente y cuerpo se van preparando para comenzar con el ejercicio. Previamente a la práctica, os invitamos a abrazar un árbol, pisar la tierra con los pies descalzos, oler las flores que puede haber a nuestro alrededor, etc. Así tomaremos un primer contacto con todas las sensaciones que nos está transmitiendo este lugar y favorecerá una conexión más íntima.
Elegir a conciencia el sitio dónde queremos meditar
Es importante que podamos dedicar un tiempo a pensar qué sitio sería el mejor. Meditar fuera de casa nos llevará más tiempo, por eso, es fundamental elegir bien el sitio.
Además, tendremos que planificar el modo de ir a ese sitio. Generalmente, se recomienda acceder al sitio de meditación en bici, patines o transporte público, evitando el uso del vehículo. El motivo reside en que conducir puede ser una fuente estresora (si hay tráfico, la propia tensión de estar conduciendo, etc.). Habrá que valorar, si volver conduciendo nos resulta saludable y no nos privará de los beneficios obtenidos.
Llevar ropa adecuada
Una vez sepamos dónde queremos ir a meditar, es elemental que pensemos en la ropa que vamos a llevar. Tenemos que prestar atención a la climatología para ir acorde a ella. Si hemos elegido ir a un monte o bosque, no hay que olvidar que posiblemente haga frío. Por tanto, tendremos que ir de una forma abrigada: con sudadera, gorro, etc. siempre con una vestimenta que nos resulte cómoda (que no sea apretada). Lo más importante a tener en cuenta es, que cuando estamos meditando, nuestra temperatura corporal tiende a bajar, por eso, no estaría demás llevar con nosotras y nosotros una manta.
Mantener el móvil apagado o en silencio
Meditar supone dedicarnos un tiempo a nosotras mismas y a nosotros mismos. En este espacio, nuestro principal foco de atención reside en observar las diferentes sensaciones corporales que experimentamos.
Es una técnica que nos llevará tiempo. Cuando empezamos, es aconsejable que el tiempo a dedicar sea menor para no saturarnos o agobiarnos. Según avancemos, podremos ir ampliando el espacio de meditación. En cualquier caso, es un periodo donde el foco estará en nuestros estímulos internos y no a lo que pase externamente.
Por esta razón, es primordial elegir un sitio seguro, donde no vayamos a poner en riesgo nuestra integridad como persona. Además, para favorecer nuestra sensación de seguridad, es aconsejable informar sobre dónde vamos a realizar la práctica y el tiempo que vamos a estar (1h por ejemplo). Esto nos ayudará a no estar pendientes del móvil, a no tener el foco en el smartphone, y concentrarnos exclusivamente en el ejercicio.
Así pues, os invitamos a dejar el celular en modo silencio o apagarlo para evitar sobresaltos y/o sustos. Mientras meditamos, nuestra atención plena está en el aquí y ahora, el sistema fisiológico se va relajando. Si por un casual nuestro aparato sonará, rompería nuestra práctica, nos desconcentraría y produciría un sobresalto en nuestro cuerpo.
Postura de meditación
Para terminar, la postura de meditación más utilizada, suele ser una posición sentada. La posición de la columna vertebral y la cabeza tiene que ser alineada (ni muy rígida ni con ninguna curvatura) para que pueda fluir bien la energía y no nos cause ninguna tensión innecesaria (no nos ayudaría en la concentración). A continuación, las piernas se cruzan (intentando que las rodillas toquen el suelo, pero si no llegáis, no pasa nada, no forcéis la postura). Las manos las colocaremos encima de las rodillas, descansando.
Es recomendable que llevemos un cojín o algún otro objeto que nos eleve un poco del suelo, esto permitirá que podamos adoptar la postura de una forma más natural y que la podamos mantener por mayor tiempo sin dolor. Además, si las rodillas no tocan el suelo, podemos poner debajo alguna manta o ropa doblada para que no nos haga daño la posición.
Si os ha resultado de interés el tema del Mindfulness y queréis saber más, os invitamos a que acudáis a nuestro taller sobre Mindfulness e Inteligencia Emocional para el desarrollo personal y el empoderamiento de las mujeres en Berriz los miércoles de forma gratuita.
Si esa fecha no os va bien, os animamos a que asistáis a otros talleres sobre el Mindfulness que desarrollaremos en todo Euskadi, sobre todo en Bizkaia.
Si lo prefieres, puedes asistir a una consulta individual. También tenemos una lista de recomendaciones de libros sobre Mindfulness e Inteligencia Emocional que también te pueden ayudar a mejor tu desarrollo personal. Además, ahora tenemos un sistema de avisos de eventos por whatsapp, correo y telegram gratuito para que no te pierdas ningún evento. Solo tienes que rellenar este formulario de Google.
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